Los sonidos de este lugar ya lo tenían el mismo efecto reconciliador de antes, su presencia ya no era tan fuerte, la costumbre a disparar me había inmunizado a la adrenalina frenética que sentí las primeras veces, no era un experta aún, pero ya podía hacerlo sola.
Sunset Strike, el bar de disparo con más testosterona en la ciudad se había vuelto en mi lugar favorito para pensar, después de todo era mucho más tranquilo que vivir con Camila de cierto modo. Estoy segura que mi padre moriría de un infarto si supiera que gustaba un bar con tantos hombres sola. No tenía miedo, habían cosas peores por las que preocuparme y sentir temor. Además, los chicos no estaban tan mal, el cantinero era muy divertido y, el instructor de disparo que aveces me ayudaba a apuntar era muy sonriente y bromista, también era gay y hablador, fue curioso verlo besarse con otro chico y que nadie les prestara atención a pesar del lugar donde estábamos. El mundo cambia y eso está genial.
-Bri- el chico del segundo turno era más frío y distante, algo odioso, supongo que no se acostumbraba a mi. Voltee a verlo, rubio, alto, de unos veintimuchos, buen parecido y fornido.
Dispare a pesar de su llamado, volviendo mi vista al objetivo, no le molesto, era mi última bala.
-¿Pasa algo?- dudé saliendo del área de tiro y acercándome al el, se llamaba Sebastián y tenía tanto tiempo como el cantinero o el instructor de tiro del primer turno.
-Dos cosas, ¿Cuánto seguirás viniendo?- su tono era odioso, pero no por algo en particular, él era así con todos.
-No lo sé, ¿Acaso está mal que venga?- contesté calmada, desde mi cita con Erick nada me molestaba.
-No hay nada mal en que vengas, es solo que me molesta un poco que gastes tu dinero en disparos cuando no atinas ni uno- bufo como si en realidad le importase mi situación económica.
-Oh, no importa, dicen que la práctica hace al maestro- ya disparaba sola, pero no era buena haciéndolo. No iba al Sunset para ser buena, iba porque era mi forma de escape.
-Ya veo. La cosa es que Rob me comentó que está tratando de enseñarte- Rob era el chico gay. -El cree que ya estás lista para uña membresía de socia así que ¿Quieres una?
Era raro pero podía ver que no solo Rob quería que me uniese a la membresía, parecía que Sebastián también lo deseaba... Raro.
-Te daría beneficios como tiros extras sin costo, una bebida gratis los miércoles y puedes traer un amigo para que dispare contigo si costo adicional- explicó los beneficios de la membresía los cuales no eran muchos.
-¿Eso es todo?
-¿Qué esperabas?
-Nada, supongo que está bien- suspire con una pequeña sonrisa, no quería arruinar la poca empatía que se estaba creando entre nosotros. -Lo pensaré, ¿Vale?- respondí, tal vez aceptaría la propuesta después de todo dejar de venir al Susnset no era algo que dejaría pronto. -¿Qué es la otra cosa?
Sebastián miro el suelo, su cabello rubio estaba peinado al estilo de Justin Bieber en sus inicios, se le veía bien a pesar de no estar de moda ya. -Hay una chica que pregunto por ti afuera, dice que es tu amiga.
-¿Camila?- dudé sorprendida, nunca pensé que ella me buscase aquí, nunca le había dicho que aún venía. Tal vez Erick le cometo algo y también era posible que me estuviese buscando porque era tarde.
-No pregunte su nombre, pero supongo que si.
-Ya veo, gracias Sebas, recogeré mis cosas y saldré, te avisaré en cuanto pueda de mi decisión para la membresía- sonreí y el volví a mirar el piso luego de chasquear la lengua, fue gracioso, pareció incomodarse por eso, su carácter era demasiado marcado y tal vez el mío lo incomodaba, era lindo que me ofreciera una membresía a pesar de eso.
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Amor en tiempos de Libertad #Editando
Chick-LitDante y Britanny, dos mundos opuestos que van por los senderos de la vida, inexpertos y sin previo aviso de lo que pueda ocurrir. Ambos tratando de encontrar lo mismo, esa sensación que nos llena y nos dice que estamos vivos, no es felicidad, no es...