Un nuevo dia un nuevo drama

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Había amanecido temprano en el aeropuerto, Camila viajaría conmigo así que estaba algo más tranquila por lo menos tendría alguien con quien hablar en el avión y en casa. Dante nos había traído a ambas, me hubiese gustado ver a Erick junto con Sofia antes de irme pero por más que intentaba localizar al chico de cabello oscuro era imposible, ya estaba resignada a que no aparecería más en mi vida, por parte de su hermana, bueno estaba en alguna parte del mundo grabando algún comercial nuevo.

-¿Llevas todo?- me preguntó Dante sin querer soltarme, la voz en las bocinas ya daba los últimos avisos para abordar por lo que tendría que apresurar la despedidas pero en realidad yo tampoco quería dejarlo.

Asentí ante su pregunta. -Tengo todo preparado- dije y sonreí para ambos, el tenía mi rostro en sus manos y yo sus brazos en las mías. -¿Me extrañarás?

-Claro que lo haré, ¿Que hay de ti?

-Sabes que ya estoy extrañandote- podíamos ser muy melosos en ocasiones. Un corto beso fue la despedida de ambos hasta un próximo encuentro, se suponía que sólo estaría afuera por una semana, pero en realidad me costaba separarme del rubio ahora que todo parecía ir bien.

-¿Le dirás a tus padres que tienes novio?- Camila me saco de mis pensamientos mientras se acomodaba en su asiento, habíamos quedado junto a una ventana.

-Bueno, lo intentaré- dije soltando un gran suspiro, el que mi madre aceptase que yo estaba creciendo era algo difícil y sumado a eso decirle que ahora tenía novio y que ese novio era Dante el chico que me ocasionaba tantos problemas sería algo aun más complicado e interesante sin duda.

-Daniela te matará- la castaña solía llamar a mis padres por sus nombres de pila sin utilizar ningún título de respeto como "Señor o señora".

-Tendrá que entenderlo, amo a Dante y no lo dejaré- comenté con terquedad y decisión, si había algo de lo que estaba tan segura como para pasar por encima de los deseos de mi madre era de mi amor por Dante, habíamos superado mucho y esto ya no era nada.

Ninguna de las dos dijo nada más durante el viaje de dos hora y media, yo había aprovechado para dormir un rato antes de ver a mis padre y obtener todas las energías necesarias para soportar todo lo que vendría en casa. La independencia siempre me pareció una idea atractiva y ahora que la tenía me daba cuenta que era tan gratificante como siempre lo soñé, estaba segura que mi madre preferiría seguir conmigo bajo sus faldas pero no, ya estaba demasiado adicta a la libertad con todos sus pros y contras que jamás siquiera pensaría en retroceder. El avión aterrizó con éxito y nos encontramos con mis padres en la salida del Aeropuerto, la madre de Camilla estaba allí con su aspecto rebelde y juvenil que la hacia lucir como la hermana mayor de mi mejor amiga y no como su madre.

-¡Niñas!- mi madre fue la primera en saludarnos por encima de todos los demás, nos abrazo a ambas y luego llegó el turno de papá y Erieliz, la mamá de Camila. -¿Listos para irnos?- una semana acababa de comenzar y se sentía bien estar en casa. Arrastré mi maleta hasta el auto, papá la colocó en el maletero y luego nos abrió las puertas a mi madre y a mi, le sonríe, siempre era tan atento y sonriente.

-¿Me escribes cuando estés en casa?- preguntó Camila con su casco rosa ya en la cabeza, se irían en la moto de Erieliz. Mi padre me había contado que tuvo una moto en su juventud y que la amaba pero tuvo que cambiarla por autos compacto, estaba segura que mi madre lo había obligado a eso...

-Lo haré, tal vez podamos hacer algo. ¿Crees que los chicos aún nos recuerden?

-Claro que lo hacen, nadie se olvida de Camila y Britanny- ambas reímos chocando nuestras manos.

-¡Camila vámonos!- exclamó la motorizada y mi amiga corrió hasta ella, ambas se despidieron de mis padres desde la moto y luego partieron. Nuestro auto cerró sus puertas y comenzamos el viaje camino a casa.

Amor en tiempos de Libertad #EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora