-¿Dante? Aun estas qui- eso era más una afirmación que una pregunta, el tono de curiosidad y sorpresa con el que mi padre me había recibido esa mañana mientras desayunaba un cuenco de cereales en la isla de la cocina me causo un poco de molestia a decir verdad.
-Si, aquí estoy. ¿Pasa algo con eso?- dudé sin dejar de comer mientras seguía los movimientos del mayor, él se acercó al refrigerador y sacó una botella de leche, Maria le había dejado el desayuno sobre la mesa pero prefirió pasar de él para solo tomar leche, mi padre era así de especial en ocasiones.
-No en realidad, es solo que me sorprende. La ultima vez que te quedaste por tanto tiempo en casa fue cuando aun vicias aquí- explicó tomando su bebida y sirviendo un poco más. -¿Pasa algo contigo?
-Si tanto te molesta puedo irme, aunque debo decir que tu eras quien me pidió que me quedara- solté dejando mi desayuno de lado, se me había quitado el apetito.
-No es eso, es solo que te conozco. Pero tienes razón, yo te lo pedí y me aferro a esa petición, quédate cuanto quieras, esta siempre sera tú casa.
Papá era raro, demasiado.
-Pero quisiera preguntarte algo...
-¿Que pasa?- dudé mirándolo, algo dentro de mi me decía que debía correr antes de que fuese demasiado tarde.
-¿Por que quieres estar aquí?- su pregunta fue directa al igual que su mirada, podía sentir como me evaluaba tratando de meterse en mi mente y descubrir lo que sea que estuviese esperando descubrir, su perspicacia era agobiante en la mayoría de los caso.
-No lo se, solo quiero hacerlo, no es como si tuviese otra cosa más que hacer- respondí tratando de difuminar el tema ya que ni siquiera yo sabia que era lo que pasaba en mi vida y en mi mente en esos días.
-Ya veo... ¿Has hablado con Alina?
Allí estaba, la charla que tanto estaba tratando de evitar hacia su entrada triunfal, sin duda había demorado más de lo que esperaba pero ya estaba aquí y me encontraba acorralado en la misma.
-No- respondí seco esperando que papá entendiera que no me sentía aun listo para hablar sobre el tema.
-¿Por que?- esperar algo de mi padre era en vano.
-No sabría que decirle- respondí sincero mirando hacia el mesón de la isla, la prepotencia comenzaba a escalar mi ser y eso me hacia temblar, me hacia ver vulnerable, no me gustaba verme así.
-Podrías empezar por saludarla- el suspiró y tomó una de mis mano, el contacto físico hizo que alzara mi rostro para verle, sin duda él sabia como llamar mi atención. -Dante no voy a culparte o a ella por lo que paso, aunque si debo decirte que una parte importante de ser hombre es aceptar tus errores, tú y Alina cometieron un error...
-Querrás decir yo... Después de todo no hubiese pasado nada si no la hubiese dejado- le interrumpí, que él no me culpara no significaba que yo no lo hiciera.
-¿En realidad crees eso?- una de sus cejas se convirtió en un arco cuando su mano soltó la mía. -¿Dime algo, alguno de los dos planeo ese bebé? o ¿alguno planeo su aborto? No, lo que haya pasado solo paso y si me preguntas a mi no creo que el erro fuese el hecho de que dejaran su relación, el erro estuvo en el momento en que no usaron protección- mi padre suspiró como si estuviese decepcionado aunque no se exactamente de que, después de todo habían miles de causas por las cuales estar decepcionado. -Ya lo dije una vez, si quieres puedes quedarte el tiempo que haga falta, pero eso no hará que las cosas cambien o mejoren Dante, esconderse es solo para cobardes... Te quiero Dante, pase lo que pase siempre seras mi hijo y yo tu padre- culminó se levanto y dejo un beso en mi frente antes de dejarme solo en la cocina con un mar de dudas existenciales en la cabeza.
Cobarde, un adjetivo más hiriente que la herida de la puñalada en mi abdomen, él tenia razón y yo lo sabia, pero no podía solo salir y actuar, no sabia como hacerlo, no me sentía preparado para eso. Tal vez solo debía empezar de nuevo, tal vez irme y crear una nueva vida, culminar la carrera en el extranjero y ser un nuevo Dante donde no hiriera a las personas que me importaban, era un plan cobarde, si, pero era la única salida que se me ocurría, si dejaba de estar aquí todo seria más fácil para Alina, para mi padre, para Britanny, sobre todo para ella, podría solo ser ella y triunfar con Erick o con cualquiera.
Britanny y Erick, solo de pensarlo dolía como un golpe en el estomago, pero era cierto. Sin mi ella podría ser feliz y eso debía bastar, la pregunta era:
¿Bastaba?
ESTÁS LEYENDO
Amor en tiempos de Libertad #Editando
Chick-LitDante y Britanny, dos mundos opuestos que van por los senderos de la vida, inexpertos y sin previo aviso de lo que pueda ocurrir. Ambos tratando de encontrar lo mismo, esa sensación que nos llena y nos dice que estamos vivos, no es felicidad, no es...