Siete días

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Los primeros meses del periodo escolar los pase sin mucho que recordar, la mayoría del tiempo me encontré absorta en pensamientos sin sentidos e ideas con la lógica de una película de Disney narrada por Tim Burton, todo estaba perdido y no valía la pena buscarlo, ni siquiera las cosas que antes me distraían podían alejarme del desasosiego de los días en que vivía,  si la muerte ha de ser representada en vida es posible a que se asemejara mucho a esto: Comer solo por comer, caminar solo por inercia y respirar solo por mera función fisiológica.

Camila había tratado muchas veces de animarme, incluso optaba por no salir y quedarse en casa conmigo pese a las negativas que yo daba a esas decisiones, ella no debía cambiar su vida por mi, este sufrimiento era cosa mía porque así lo había decidido. No quería animarme, no quería volver a sentirme viva ya que temía que si lo hacia, si pagina esta vez seria definitivo y él nunca volvería.

Me negaba rotundamente a olvidarle esta vez, veces anteriores había hecho intentos pero ahora no lo cual era complicado ya que aunque yo no lo quisiera él no estaba y era en forma literal. El primer día de clases lo esperé sentada frente a la facultad, no tenia idea de que horario tendría o que clases vería así que solo me quede allí sentada durante horas, él nunca apareció. Hice lo mismo día tras día durante un mes entero, estaba decepcionada de mi falta de atención al no poder encontrarlo, debía estar allí, no pudo solo haber dejado la universidad por mi, ¿O si?

La verdad es que si.

Un día mientras esperaba pude visualizar a Mathias, me levanté casi de inmediato y me abalance hasta él, se sorprendió al verme, me contó que Dante se encontraba en el extranjero, había entrado en un programa  de intercambio escolar y pasaría el semestre allí, eso significaría que volvería a verlo pronto, podía esperar, lo esperaría...

"-Si, el semestre completo, aunque tal vez se quede un tiempo más, me contó que estaba considerando terminar la carrera allá."

La esperanza había muerto conmigo de nuevo y se sentía aun peor que antes, la idea de no volverlo a ver nunca era la que me empujó a vivir en constante desesperanza por su ausencia.

-¡Saldremos!- demandó mi amiga castaña, su rostro parecía fastidiado de mi.

-¿Voleremos a esto?- coloqué mi lápiz sobre la mesa dejando de lado mis ejercicios de cálculo, no tenía ni idea sobre lo que escribía en mi cuaderno de apuntes.

-Si, tienes que distraerte no puedes ir por el mundo lamentándote por un muchacho.

-¿Quién dice que es por un muchacho?- trate de mentirle a ella y a mí misma sin éxito alguno, volví q tomar el lápiz y baje la mirada hasta mi hoja cuadriculada tratando de resolver un polinomio sencillo. -Estoy bien, de verdad que lo estoy, solo no tengo muchas ganas de salir- agregué sin verla concentrada en mis deberes, pude sentir como exhaló y giró los ojos en reacción mi contesta.

-Bri sabes que mientes, nido quiera puedes mirarme cuando dices que estás bien. Soy tu mejor amiga y te conozco- su tono era de preocupación verdadera.

Volví a dejar el lápiz de lado, Camila tenía razón, ella era mi mejor amiga y no merecía que la tratase así.

-¿Cuál es tu idea?- pregunté tratando de obligarme a sonreír aunque lo más próximo que llegue a eso fue una mueca extraña.

-No lo sé, tal vez a una fiesta con tus amigos nerds ¿Qué tal te suena?

-Camila tú eres mi amiga nerd, mi amiga fiestera y si seguimos así te darás cuenta de que eres la única amiga.

-Que difícil eres Britanny- se quejó eso era señal de que se rendiría por hoy lo cual me permitía volver a mis deberes.

Victoree demasiado rápido, esta vez Camila no se había rendido.

Amor en tiempos de Libertad #EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora