-¡Ron! ¡Ronald! ¡Ronald abre la maldita puerta!
Silencio.
-¡Escúchame bien, jovencito, soy tu padre, y como no salgas de ahí en tres minutos...!
Ginny suspiró.
-Esto no va a funcionar. Tenemos que dejarlo solo.
Los padres de Ron suspiraron con tristeza.
-Tienes razón.
Salieron del pasillo. Ginny se acercó a la puerta.
-Ron... Sé que no quieres abrir. Pero al menos escucha. Todos echamos de menos a Fred. Pero no puedes encerrarte en tu cuarto por eso. Tienes que salir...
Nada.
-Bien, bien. No digas nada. Sé que echas de menos a Hermione y a Harry... Pero él tiene sus asuntos en Grimmauld Place, y Hermione está buscando a sus padres.
-Los dos me abandonaron.
La respuesta sorprendió a la pelirroja.
-No. Hermione te ha enviado, literalmente, ciento cincuenta lechuzas. Si les abrieras la ventana lo sabrías.
Sin respuesta.
-Y Harry, en todo caso, me abandonó a mí, no a ti. Sabes que no me ha pedido que salga con él aún porque trabaja con el Ministerio para atrapar a los últimos mortífagos. Pasado mañana vendrá. Y en cuanto a Hermione...
-Ella no vendrá, Gin. Se quedará en su casa y jamás volveré a verla.
-No es verdad. Ella seguramente vendrá pronto...
Al no recibir más respuesta, Ginny bajó las escaleras, derrotada.
Como cualquier persona que, durante la última semana, estuviera tratando de sacar a Ron de su habitación.
***---***---***---***---***
Totalmente ajena a ese cuadro, una muy feliz Hermione Granger regresó a Londres tras una búsqueda cortísima en Australia.
Llegó, sin pensarlo, a La Madriguera.
Le sorprendió, al entrar, no ver a nadie.
Subió las escaleras hacia los cuartos.
Todos dormían, al parecer.
Se encogió de hombros y se acercó a la puerta de la habitación que pertenecía a la única persona que deseaba ver.
Tocó suavemente.
Silencio.
Insistió, más fuerte.
-Ginny, no pienso salir. Ya hablé contigo. Hermione me abandonó, Harry también, y Fred ya no está. No hay nadie que esté dispuesto a preocuparse por mí. Vete.
El corazón de Hermione se estrujó. ¿Ron pensaba eso de ella?
Tomó aire con determinación. La tristeza que estaba en esa casa debía acabarse en ese preciso momento.
-Mi amor, tienes que salir de ahí. Tenemos que hablar.-Dijo con tono alegre y despreocupado.
Nadie le respondió.
Hermione suspiró.
-Ron... Lamento lo de Fred. De verdad. Lo siento mucho.
Tras varios minutos, la puerta se abrió.
-Yo también lo siento.-Dijo Ron con tristeza.
-Oh, cielo.-Hermione lo abrazó con fuerza.
-Pasa. No está ordenado, pero es lo mejor que pude hacer en estos minutos.
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Wingardium Leviosa [Romione]
FanfictionTodos me conocen y sin duda a mis dos mejores amigos, Ron Weasley y Hermione Granger. Los dos acabaron juntos como marido y mujer a pesar de todas las veces que pelearon y de lo mal que me lo hicieron pasar varias veces. Pero quienquiera que sea el...