Wingardium Leviosa [Romione]

El Mundial de Quidditch

Portavoz: Hermione.

Contaba los minutos que faltaban para que acabara aquella tortura.

El quidditch era sin duda el deporte favorito de todo el mundo mágico, excepto el mío.

Era extremadamente aburrido... Además de absurdo, como todos los deportes.

Volar detrás de una pelota que salta de acá a allá intentando hacer un tanto...

¡Y la cantidad de accidentes que solía haber en los partidos!

Mi marido había tenido que sufrir varios de ellos en Hogwarts y en algunas prácticas posteriores a las que había ido con Harry y sus amigos del Departamento de Aurores.

No me quedaba dormida solamente porque sabía que Skeeter estaba relatando el partido... Y solamente prestaba atención a mi tribuna, donde estábamos Harry, mis sobrinos, Rose, Hugo, Ron y yo.

Los demás antiguos miembros del Ejército de Dumbledore estaban por allí cerca.

Yo sabía perfectamente que por eso habían puesto a Skeeter a relatar. Su pluma a vuelapluma escribía más tonterías que cosas con sentido.

Además estaba Ginny, que sí prestaba atención al partido... Aunque a decir verdad Harry la estaba mirando a ella y no a la cancha, de modo que yo no era la única que no prestaba atención.

Ginny y Skeeter estaban al otro lado del estadio, pero una imagen ampliada de ellas estaba bajo su puesto...

Ginny relataba por los altavoces. Una pluma mágica escribía sobre un papel lo que decía.

Skeeter, en cambio, no decía nada, solamente escribía, pero podía ver que su atención no estaba en los jugadores.

Bulgaria y Brasil se disputaban la Copa.

Viktor Krum era el jugador de quidditch menos joven del mundo, pero según todos merecía seguir en su lugar a menos que perdiera ese partido, en cuyo caso sería mejor que se retirara.

Ron había reaccionado inesperadamente bien ante la noticia, considerando su historial.

-Si tú dices que jamás te besó y que no pasó nunca nada entre ustedes, te creo. Confío en ti.-Dijo sonriendo.

Aunque luego encontré en el armario que el blanco de los dardos que papá le había regalado a Ron (y que jamás se usaba) tenía una foto de Krum encima y muchos dardos clavados sobre ella.

De hecho, Krum me había pedido que fuera con él al Baile de Navidad para impresionar a una de sus compañeras de Durmstrang, ahora su esposa, que no había querido ir con él. Yo quería causarle celos a Ron y le dije que sí, aunque tuvo que esperar a que yo me asegurara de que Ron no iba a invitarme.

De cualquier forma, nada había ocurrido entre Krum y yo.

Solamente Ron me había importado durante toda mi vida, y aún lo hacía.

Miré el partido.

Bla, bla, bla, quaffle, bla, bla, bla, bludger, quaffle otra vez, pase, defensa...

Etcétera.

Miré hacia el piso, incómoda por tener que ser la única en todo el estadio que, además de no gustarle el partido, no entendía nada.

Sentí que Ron me miraba, pero no le hice mucho caso y traté de evitar su mirada para no arruinar su diversión.

-Herms...

-Mmm.-Dije.

-Gracias por acompañarme, te quiero.

Tomó mi mentón y me acercó a él para besar mi mejilla.