Llegada a casa

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Portavoz: Ron.

-Odio con toda mi alma las invenciones muggles.

Harry rió. Me miró.

-Estaremos en casa pronto. Muy pronto. Solamente hay que esperar a que el avión aterrice.

Dicho y hecho.

Recuérdenme nunca, jamás, NUNCA JAMÁS volver a subirme a un avión.

Apenas bajé las escaleras me sentí aliviado. Por fin estaba en tierra.

Entramos en el aeropuerto. Luego de hacer los trámites de reingreso, Harry nos condujo en su coche hasta llegar al frente de mi casa.

Hacía ya unos meses que Hermione y yo nos habíamos casado y hacía más de dos años que vivíamos juntos allí. Y de novios llevábamos ocho años.

-Gracias, Harry. Ven, quédate a comer.

-No, gracias. Seguramente estarán felices por verse y lo que menos quiero es verlos en la cama.

Me sonrojé.

-No seas tonto.

-Bajaré, pero sólo a saludar. James y Ginny me esperan en casa y quiero verlos.

Asentí.

-Como prefieras.

Harry y yo acabábamos de volver de un viaje con los aurores. Pero Harry había insistido en volver en avión para no despertar sospechas Apareciéndonos de un continente a otro. Además, se suponía que no íbamos a llegar hasta la semana siguiente. Era una sorpresa nuestro pronto retorno.

Ese viaje me había servido para ver que ser auror era cosa de Harry, no mía. Había renunciado. George me había ofrecido empleo en Sortilegios Weasley, pero esperaba poder abrir mi propia tienda de bromas pronto. Por el momento, solamente quería ver a mi amada esposa y besarla.

Toqué el timbre en un segundo.

Hermione abrió la puerta, despeinada y en pijama.

Nos miramos a los ojos unos segundos. Los de ella se llenaron de lágrimas.

-Ron...-Susurró.-No eres un espejismo, ¿Cierto?

Sonreí y negué con la cabeza.

Ella se lanzó a mis brazos y me abrazó con fuerza.

-Oh, Ron, no sabes lo que te he echado de menos, temía que vinieran en cualquier momento a decirme que les había ocurrido algo, y como no enviaban ninguna carta ni... Prométeme que no volverás a desaparecer así...

Harry sonrió.

-Descuida, Herms. Ha presentado su renuncia oficialmente. Ahora trabaja con George en Sortilegios Weasley. Lo hizo por ti. Te echaba mucho de menos. Ha hablado sobre ti todos los días.

Hermione me miró.

-¿Eso es cierto?

-Bueno... Sí.

Sonrió.

Acerqué mis labios a los suyos y la besé.

Harry rió.

-Ya, tortolitos, me voy antes de que fabriquen a un primo de James aquí mismo.

Yo sonreí, pero Hermione se separó de mí y me miró.

-James. Me recuerda a que tenemos algo muy importante sobre lo cual hablar, Ron.

Me di vuelta. Harry se había ido. Suspiré.

-Mejor entremos.

Ella asintió.

Colgué mi abrigo en un perchero. Miré mi casa. La había extrañado. Pero más a Hermione. A ella y a su sonrisa.

Wingardium Leviosa [Romione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora