Todo lo que quiero para Navidad eres tú

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-Hasta luego, Sally. ¡Feliz Navidad!

-Gracias, Hermione.

Ella alzó una mano amistosamente.

-Señora Weasley, ¿Quiere cenar con nosotros hoy?

-Muchas gracias, señor Huge, pero tendrá que ser para otro momento. Aquí la ratona de biblioteca también tiene vida fuera del Ministerio.

-¿Ah, sí?-Preguntó una voz sonriendo.-¿Y con quién pasa su tiempo, señora Ministra?

Hermione volteó al reconocer la voz. Y sonrió.

-Pues con mi esposo, Ronald Weasley. ¿Lo conoce usted?

Ron fingió que pensaba.

-Me suena.

Ella rió.

-Espérame unos segundos, cielo. Hay algo que quiero hacer antes de regresar a casa.

-Vale. No te demores mucho, dejé la escoba en doble fila.

-¿Otra vez?-Preguntó ella con resignación.-Bien, no importa. Enseguida regreso.

Hermione miró al señor Huge.

-Feliz Navidad para usted y su familia.

-Igualmente, señora Weasley.

Ella sonrió y se metió a su despacho.

-El regalo de Ron, el regalo de Ron, el regalo de Ron...-Murmuró buscando en los cajones.-¿Dónde lo puse...? Oh, aquí está.

Hermione suspiró, se guardó el regalo en el bolso y salió afuera de su despacho.

-Adiós, señora Weasley. Feliz Navidad.

-Adiós, Hermione. Feliz Navidad.

-Nos vemos, Herms. Feliz Navidad para ti.

Cada persona con la que se cruzaba la saludaba. El saludo más íntimo, de aquellas personas que la llamaban 'Herms' era el que en verdad apreciaba. Ginny, Luna y Neville fueron tres de las personas que la llamaron así.

-¿Estás lista?-Preguntó Ron al verla salir.

Ella asintió y se subió a la escoba detrás de Ron, abrazada a su cintura. Él pateó el suelo y los dos se elevaron. Hermione murmuró algo y en pocos segundos ya no eran visibles para los muggles.

-¿Cómo te ha ido a ti hoy?-Preguntó Ron.

-Bien, por suerte. Hemos estado muy atareados por la cuestión de los elfos domésticos... Los que quieran hacer un acto de caridad, deben tejer prendas para regalarles. Los elfos desempleados serán empleados por el Ministerio para diferentes tareas. Pero una protesta de los elfos nos complica las cosas, y ahora hay que negociar con su jefe. ¿Qué hay de ti?

-Mmm... La tienda sin duda estaba repleta hoy, pero George... Bueno, a él le faltaba entusiasmo, esta época le recuerda a Fred...

-Entiendo.-Dijo Hermione con tacto.

Apoyó una de sus manos en el hombro de Ron y lo apretó con suavidad.

-Estoy bien. Angelina llegó a auxiliarlo, como siempre. Y enseguida mejoró todo.

-Eso es genial.

-Lo sé. Solamente dudé acerca del precio de un producto una vez, y fue porque era el favorito de Fred, entonces me distraje...

-Amor, no te distraigas ahora, que nos estamos cayendo.

-Lo siento.

Ron acomodó bien la escoba. Mucho le había costado convencer a su mujer de que viajaran los dos en una escoba como para que ella decidiera no viajar más porque él no miraba el camino.

Wingardium Leviosa [Romione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora