Wingardium Leviosa [Romione]

Jamás dije tal cosa

Atención: Contiene spoilers de 'Harry Potter and the Cursed Child'.

Aunque no creo que debería aclarar, ya que al ser un Fanfic obviamente habría spoilers, pero por respeto a quienes aún no lo leyeron, lo hago.

Capítulo a petición de cukibola.

***

Harry y Hermione estaban hablando sobre lo que él le había dicho a su hijo Albus.

Harry estaba profundamente arrepentido, y Hermione básicamente lo regañaba.

-Agradezco tu interés, Hermione, pero no hace falta que...

Lo que ninguno de los dos sabía era que Albus estaba en el Ministerio también, intentando robar el giratiempo de la oficina de Hermione.

Lo que sucedía era que Albus estaba disfrazado de Ron.

Entonces, mientras Hermione y Harry caminaban, se cruzaron con Albus/Ron.

-¿Ron?-Preguntó Hermione perpleja.

-¡Sorpresa!

-¿Qué haces aquí?

-¿Qué pasa? ¿Desde cuándo necesito una excusa para ver a mi mujer?

Ron tomó a Hermione y la abrazó con fuerza.

-Tengo que irme...-Dijo Harry, incómodo.

Ella lo detuvo.

-Harry. Lo que quiero decir es que no importa lo que opine Malfoy. Eso que le dijiste a Albus... Me parece que no nos conviene que sigas dándole vueltas.

-Ah, ¿Te refieres a eso que dijo Harry de que a veces preferiría que yo... Que Albus no fuera hijo suyo?-Se corrigió Ron falso.

Hermione frunció el ceño.

-¡Ron!

-No es bueno aguantarse, como digo yo siempre...-Se defendió el pelirrojo.

-Ya lo entenderá.-Suspiró Hermione.-Todos decimos alguna vez cosas que no queríamos decir. Y él lo sabe.

-Pero... ¿Y si decimos cosas que sí queremos decir? ¿Qué pasa entonces?-Preguntó Albus con sinceridad.

-Francamente, Ron, no es el momento.

-Claro, no es el momento. Adiós, cariño.

Hermione frunció el ceño. Él se interponía entre la puerta de su oficina y ella.

-¿Por qué me impides entrar a mi oficina?-Preguntó Hermione con sospecha.

-No... Estoy... Impidiéndote... Nada.

Hermione volvió a tratar de abrir la puerta, y él de impedírselo.

-Sí que lo estás haciendo. Déjame entrar, Ron.

Albus estaba desesperado. Así que dijo lo primero que pensó que Ron diría.

-¡Tengamos otro bebé!

Hermione, que intentaba colarse por todos los medios, se detuvo bruscamente para mirar con incredulidad a quien creía que era su esposo.

-¿Qué?

-Y si no quieres otro bebé, vámonos de vacaciones. Exijo un bebé o unas vacaciones, y no pienso renunciar. ¿Quieres que lo hablemos más tarde, amor?

Hermione intentó entrar a la oficina una vez más, y él le cerró el paso. Acabaron forcejeando un poco.

-¿Quizá mientras nos tomamos una copa en el Caldero Chorreante? Te quiero.