Wingardium Leviosa [Romione]

Halloween...

-Tenemos una sorpresa para todos ustedes...

Harry alzó las cejas.

-¿Una sorpresa? Ni siquiera están disfrazados...

-Oye, no todos podemos comprar el disfraz de Fantasma de la Ópera.-Contestó Fred.-Pero podemos hacer otra cosa...

-Espero que no hayan hurtado nada o tendremos problemas.-Dijo Ginny acomodando su vestido de sirena.

-No, no, no. No hurtamos nada. Lo tomamos prestado.

Ron también alzó las cejas.

-Herms, pásame una manzana con caramelo.

Ella rió y le hizo caso.

-Ten.

Luna comía unos dulces que parecían granos de maíz.

-No habrán secuestrado a nadie, tampoco. Las personas son propiedad de sí mismas.-Reflexionó Harry.

-No cuenta como una persona sino como un completo estúpido.-Respondió Fred frunciendo el ceño.

-Exactamente. Les presentamos... A...-Comenzó George.

-¡La Gran Calabaza!

Malfoy, envuelto en una tela naranja y atado con sogas, con la boca cubierta y un cartel que decía "Soy la Gran Calabaza", apareció saltando.

Neville se dio una palmada en la frente.

-No puede ser... ¿No ven que Malfoy nos va a arrojar una maldición?

-Este patético ex mortífago no podría hacerle daño ni a una mosca.-Dijo George.

-Pobre el disfraz de calabaza.-Dijo Harry frunciendo la nariz.

Luna y Ron rieron.

Hermione puso los ojos en blanco.

-¿Cuántas personas van que secuestran este mes?-Preguntó a Ron.

-Creo que cuatro.

-No lo secuestramos. Fuimos a su casa por "dulce o truco" y prefirió truco. Pobre, no tenía idea de lo que le esperaba.-Rió Fred.

Crookshanks maulló.

-Mira, Malfoy, tu cara ahuyenta al gato.-Dijo Ginny riendo.

Hermione acarició a su gato.

-Vamos, sal afuera.

Abrió la puerta para que su mascota saliera al jardín de La Madriguera.

-Dejen a Malfoy en algún camino para que regrese saltando a su casa y vamos a pedir dulces.-Dijo Harry.

Ron miró a Hermione con disimulo.

Estaba tan bonita...

Tenía que invitarla a salir, la Guerra ya había terminado, no podía ser tan cobarde.

Fred y George levantaron a Malfoy como si fuera un saco de patatas y lo sacaron a la calle.

Harry y Ginny se miraron y los siguieron.

-Vamos, Luna.-Dijo Neville.

Tomó la mano de su novia y la guió afuera.

Ron y Hermione se quedaron solos en la sala.

Ella se acomodó la cinta en el cabello.

-¿Así está bien?-Le preguntó a Ron.

Él ladeó la cabeza y sonrió.

-Te queda preciosa.

La castaña se sonrojó.

-Gracias.