Wingardium Leviosa [Romione]

Nutrias y perros

Pedido de xGryffindorgirlx.
***

-¡Cuidado!

Hermione se agachó de mala gana. Odiaba las falsas alarmas... Más si las causaba algún dementor accidentalmente suelto por ahí.

-¿Qué demonios hace esta cosa aquí?

-¡Y yo qué sé!

Ron corrió, tirando de su mano. La figura encapuchada los seguía a toda velocidad.

-Me gustaría que Umbridge dejara de dejar este tipo de cosas sueltas por ahí.

-A mí también. Los odio.

Hermione apretó el paso en dirección al Bosque Prohibido.

-Si gritamos, podríamos llamar la atención de Hagrid.

-Y de toda la Brigada Inquisitorial, que hace guardia junto al Bosque. Ni de chiste. Tendremos que escabullirnos...

Hermione miró por encima de su hombro.

-Está quedando atrás. ¡Vamos!

Ron apretó con fuerza su mano antes de comenzar a moverse con una rapidez que ni él sabía que tenía.

Hermione jadeó. Nunca había sido buena en los deportes... Menos en atletismo.

-Vamos, Hermione, no te rindas ahora.

Ron la acercó a sí y la miró con una sonrisa.

-No te dejes ganar por el dementor. Venga, vamos.

Ella asintió y corrió mucho más deprisa.

Llegaron a la linde del Bosque. Para su suerte, al parecer los miembros de la Brigada no estaban por allí.

-Bien.

Hermione y Ron corrieron unos cuantos metros más, adentrándose entre los árboles y ganándose unos cuantos arañazos y raspones, pero al final lograron perder de vista al dementor.

Hermione no podía más. Se dejó caer sobre un tronco caído. Ron se sentó a su lado. Ella se tomó el pulso.

-Parezco un colibrí de la cantidad de pulsaciones que tengo. No es normal.

Ron sonrió.

-Tranquila, colibrí, nada va a ocurrirte por un poco de ejercicio.

Hermione jadeó.

-¿Cómo haces para estar tan relajado? Acabamos de correr desde el castillo hasta aquí, son literalmente kilómetros...

-Quidditch.-Contestó simplemente Ron.

Ella enterró el rostro entre sus manos. Estaba completamente roja por el esfuerzo.

-Ven, te ayudo.-Ron se acercó conteniendo una risa y le aflojó la corbata.

Hermione se sintió un poco mejor.

-Gracias.

Él sonrió.

-No hay de qué.

Ella jadeó otra vez.

-Necesito aire.

-¿Segura? Sonrojada te ves muy bonita.

Hermione alzó la vista y sonrió, acercándose a Ron.

-¿Sabes algo, Ron? Hasta este momento no creí posible oír de ti ni un solo cumplido...

El pelirrojo le acarició una mejilla.

-Quizás sea tiempo de cambiar eso.

Hermione no respondió. Sus ojos se pusieron vidriosos y palideció de golpe.