Capítulo 10

365 25 5
                                    

Estoy a una manzana de casa y me he visto obligada a quitarme los tacones. Aparte de que me iré tarde a dormir, voy a tener que ponerlos en agua fría para que no me salgan ampollas.
Un coche pasa al lado de mi y se para. La ventanilla se baja y lo veo ahí, serio, mirándome fijamente.

-¿Por qué no nos pediste que te llevaramos? - pregunta muy serio

-No quería molestar - digo levantando los hombros y sigo caminando.

Este se pone a mi lado yendo despacio.

-Sube anda - dice parándose y abriendo la puerta desde dentro.

Se ha recogido sus rizos en una coleta y siento que si entro en ese coche me pondré roja de los nervios. Esta demasiado guapo y no se por que es tan amable conmigo si no me conoce.

-No gracias, puedo ir sola.

-Venga... es muy tarde y... - para al verme descalza y frunce el ceño - Sube, te pondrás mala - dice mucho mas serio.

Me fijo y puedo ver que le ha molestado algo o tal vez este enfadado por algo de la fiesta, así que acepto para que deje de insitir.
Me siento en el cómodo sillón y me recuesto en este. Mi cuerpo rápidamente siente el calor.

-¿Por qué no cogiste el bus?

Lo miro de reojo y puedo ver como golpea con sus dedos el volante mientras suena por debajo una canción de Ed Sheeran que acaba de empezar. Una sonrisa se me aparece cuando la reconozco.

-No tenía dinero - digo y le pido permiso para subir un poco mas y la tarareo por lo bajo.

-¿Por qué se la diste a esa gente?

Lo miro incrédula. Esto ya parece un interogatorio.

-Esa gente como tu los llamas, eran mendigos, y no le veo nada de malo.

-Pero...

-Supongo que a la gente como tú jamás le faltó, pero esa pobre gente pasa hambre y la gente como tú se hace el ciego cuando pasa por delante - digo algo alterada al pensar que yo podría haber sido una de esas personas si me hubiera quedado con mis padres.

Tuerce el labio y vuelve a fijar la mirada en la carretera. Se pensará que me quedaré callada por ser quien es. Gira y entra en su garaje. Bajamos y entramos por la puerta que da a su casa.

-¿Quieres tomar algo?

-No, es demasiado tarde - digo pasando por su lado.

-Son solo las nueve... debes de estar cansada, tomate algo y luego te vas - me dice mirándome fijamente con sus ojos caramelo.

Miro la hora. En realidad tampoco es tan tarde y ya me va a costar de por si cojer el sueño... así que no pierdo nada. Asiento y lo sigo hasta la cocina. Busca en uno de los armarios y saca una botella de ron.

-No bebo - digo sentándome en un taburete de la isla que hay en su cocina.

Hace una pequeña mueca con los labios. Super tierno por parte de él.

-Entonces... ¿que te apetece?

Lo miro un rato y tan solo puedo pensar en algo dulce. En ese momento mis tripas suenan y siento como su mirada va directa a mi barriga.

-Bien... - dice y sé que se esta aguantando la risa - ¿preparamos unas galletas?

-¿Sabes? - recuerdo que su hermana me contó que no se le da bien hacer postres. Este me mira y yo le sonrío - bien, preparemoslas - digo tranquilamente.

Sé cada rincon de esta casa ya que en este año he estado casi viviendo aquí cuando no tenía que estudiar o trabajar y por suerte, mañana no tengo que trabajar.

Me pongo el delantal y mientras él va buscando los ingredientes que yo le voy diciendo. Me hago un moño rápido y me acerco a Brad para comenzar.

Be with you // Bradley Simpson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora