El Amor Es Como Un Viento Desterrado [Resubiendo]

~47~

Pov Yasuo

Estábamos apunto de llegar a tierras de Noxus, las reconocía por sus flores en el camino, de un momento a otro Riven cambio de dirección hacia el lado izquierdo completamente, ¿Acaso ella no vivía en Noxus?

Seguimos un poco más caminando, fue entonces cuando ví, todo a nuestro alrededor habían construcción derrumbadas atrapadas por las hierbas y flores que habían ahí, Riven seguía caminando, ella no miraba a su alrededor, la seguí en silencio para no comentar nada hasta que llegamos a una gran casa parecía una mansión, pareciera que fue la única sin daño alguno de lo que había pasado, aunque tenía hierbas por doquier, ella entró y toco el marco de la puerta.

— Bienvenido... Seas a mi hogar, a mi familia...— La forma en que las palabras me las pronuncio se sentía el dolor por aquel lugar.

Ella entro y yo la seguí a ella, Riven mantenía su mirada hacia enfrente, sin ningún dolor o expresión triste, hasta que abría la puerta trasera de la casa y pude apreciar el jardín lleno de rosas rojas, ninguna estaba marchita, todas estaban hermosas.

Hacían un camino hacia mas adelante donde había dos tumbas. Se agachó, coloco una pulsera y una daga en cada una.

— Hace mucho tiempo que no venía... No ha cambiado nada, parece he todavía tienen miedo por lo pasado...— Ella seguía mirando a las tumbas como si tratara de decifrar lo que le estaba diciendo hacia ella.— Padre, todo aquel honor que me enseñaste al ser un Noxiano... No estará en vano en mi, trato de recuperar el honor de la nación pero es como dijiste, todo lo que está roto, lo estuvo y lo estará, solo se recordará si se destruye...— Sus palabras eran impecables, no podía mentir todo lo que dijo era cierto.— Madre...— Ella comenzó a temblar, no podía ver su cara así que me acerque a verla.— Te presento a mi...— Su cara estaba roja, igual que sus ojos, se veía linda y note que trataba de presentarme, solo no podía buscar las palabras necesarias y correctas.

— Novio, es un gusto conocerla madame.— Dije tratando de hablar y entender a Riven, ella solo me volteo a ver con su rostro rojo con una sonrisa.

— Ya puedes descansar en paz madre, ya tengo a alguien del que puedo confiar, cuidar y amar.— Esas palabras se sentían de felicidad por parte de ella y para mi fue una razón más para enamorarme de ella.

— E igualmente tengo a alguien en la que puedo proteger y amar con todo mi ser.— Riven me vio feliz y luego soltó una pequeña risa.— ¿Que es tan gracioso?— Pregunté con una sonrisa.

— Que mi padre ahora mismo estuviera retandote a un duelo por mi mano.— Parece que el padre de Riven si la amaba como lo más preciado para él.

— Pues yo no perdería, no perdería a la hermosa mujer que eh encontrado.— Su rostro cambio a carmesí y volteo de nuevo con su madre.

— Ahora mismo mamá te hubiera dicho que tenía los anillos preparados.— Comenzó a reír a lo bajo.— Es un poco nostálgico estar diciéndote como serían ellos si estuvieran aquí...— Le di un abrazo y ella lo correspondió.— Pero, ahora estamos en el presente y debemos de olvidar un poco el pasado... Bueno, olvidar lo doloroso de nuestro pasado... Y lo haremos.— Ella me dió un beso y yo lo correspondi.

Nos levantamos de ese lugar y salimos del lugar donde Riven fue criada, después de todo no fue tan deprimente como creía, los dos paramos nuestro paso y Riven me miro con seriedad.

— Yasuo, se que esto te dolerá o solo no quieras pero es una petición egoísta por parte mía...— No entendía a que venía eso pero ella tampoco terminaba de hablar.— Quisiera que fuéramos con tu familia.— Eso sí me había impactado, ¿Acaso quería verla?