Los sucesos que fueron ocurriendo después de haber optado otra personalidad, no se parecían a nada de lo que alguna vez pudo haber imaginado que seria. Una semana había pasado desde ese suceso, y nadie sospecho de su ingreso a las filas de Haddadrimon, pero muy al contrario de lo que esperaban, ella no pudo reaccionar, al verse metida dentro del mundo de Ian y al que una vez perteneció Kay, sus miedos crecieron imbuyéndola por completo en un estado de shock muy fuerte. Se volvió temerosa, sumisa, a veces llegaba a perderse tanto en sus propios pensamientos que terminaba actuando como loca.
Era como un alma en pena que vagaba de tanto en tanto de aquí por allá, siguiendo como un cachorro herido a Ian cuando estaba cerca o a Kato cuando lo veía. Lo había intentado, pero el shock aún se mantenía en su cuerpo.
Un día en sus muchos paseos por la mansión griega de Haddadrimon cuando vagaba como alma en pena de aquí para allá, escucho a un par de guardias que nunca antes había visto conversar sobre un tema en particular. Estaba por cambiar de rumbo y evadir al grupo, pero algo en su interior la obligo a quedarse y seguir escuchando.
― ¿Algún rastro? ― pregunto uno de los sujetos, el más gordo.
― Nada, la hemos buscado por todos los rincones de ese bosque, bordeando el rio, pero absolutamente nada, no hay ni un solo rastro de ella.
La atención de Melina se volvió inmediatamente al grupo, tenía un mal presentimiento y su cuerpo se llenó de ansiedad, pero se mantuvo firme en ese mismo lugar.
― ¿Con los leñadores?
Estaban hablando de ella, esa pregunta confirmo sus sospechas, pero… ¿Quiénes eran esos sujetos? No recordaba haberlos visto antes.
― Nada ― hablo uno de los tipos ― les hemos pagado muy bien por cualquier noticia, en caso que la vean en el bosque, o por el cadáver, pero nada aun. Nos dieron pistas falsas.
― ¿Pistas falsas?
―Sí, nos entregaron un cadáver en putrefacción devorado por muchos animales, lo llevamos ante el jefe, pero nos arrojó con el cuerpo.
― “Siguen tras mi rastro” ― pensó con temor.
― ¿Porque?
Siguieron hablando entre ellos ignorando su presencia. Para poder escuchar con mayor claridad se fue acercando al grupo con sigilo, escondiéndose tras un pilar cerca de ellos.
― Dijo que no era ella, y que si la próxima volvemos a intentar engañarlo, nos mandara despellejar vivos y convertirnos en carne para sus mascotas.
― “¿Acaso fueron ellos?” ― se preguntaba Melina en su escondite, temblando de miedo.
Escucho unos pasos en la cercanía y viendo un jarrón cerca de ella, en un acto reflejo se puso a admirarla como si fuera la cosa más hermosa del planeta, sus clases de actuación básica no fueron en vano.
Otro sujeto alto y muy fortachón se acercó caminando por el pasillo, se quedó un momento a su lado pero ella lo ignoro, mirando el jarrón que tenía ente manos, alzándolo con mucho cuidado, abrazándolo y susurrándole cosas como si fuera alguien vivo y dando vueltas como si estuviera bailando con él.
― Loca… ― susurro y siguió su camino.
― ¡Señor! ― dijeron los tipos al verlo llegar.
― ¿Que hace la loca aquí? ― les pregunto.
― ¡¿La loca?! ― pregunto sorprendido uno de los más jóvenes, mientras se levantaba para ver detrás de ellos y encontrar a una distancia prudente, una mujer bailando con un jarrón.
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Enamorándose del demonio #BNE
FanfictionMelina, una chica normal termina envuelta en un mundo completamente opuesto al suyo desde que se topó con un extraño joven de ojos verdes. Desde entonces su vida se transforma en un caos, donde el dolor, traición, venganza, muertes y asesinatos se...