Cap 51: Paraíso perdido

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El sonido de voces a su alrededor la trajeron nuevamente a la conciencia, abriendo los ojos con pesadez. Le dolía el lugar donde Lenard la había golpeado para detenerla, y sin poder evitarlo recordó lo que había pasado susurrando un nombre.

—Zafrán…

—Despertaste —dijo una voz a su costado llamando su atención, Kato con alivio se acomodó al lado de su hermana —¿Cómo te sientes preciosa? —preguntó con dulzura.

Al ver a Kato a su lado, Melina no pudo más que sonreír, había sido solo un mal sueño. La habitación se hallaba a oscuras iluminada vagamente por las luces del jardín, no recordaba esa habitación, supuso que era una de las nuevas decoraciones de Tanya, así que no le dio mayor importancia al asunto.

—¿Te sientes mejor? —preguntó una voz que ella deseaba no volver a escuchar.

Sorprendida, molesta e intrigada giró la cabeza encontrándose con un par de ojos claros que la miraban con preocupación.

—¡¿Qué demonios haces tú aquí?! —preguntó sumamente molesta, descubriendo con pesar que no había sido un mal sueño, sino otra amarga realidad.

—El mal innecesario se volvió necesario —respondió Kato de mala manera mirando con evidente odio al francés.

—¡¿QUE?! —preguntó horrorizada.

—Lo que oíste —corroboró Ian y antes que su hermana protestara prosiguió —necesitaremos de su ayuda en este asunto —dijo intentando sonar convincente —es un pacto momentáneo Kat, pero si el detective mete la pata, tienes todo el derecho de deshacerte de él de la mejor manera que te parezca —completó consiente del desprecio que su hermana sentía por ese tipo y de sus habilidades para deshacerse de los indeseables.

—Bien. —dijo no muy convencida del hecho, pero si Ian decía que debían confiar en él, ella no era quien para desobedecer a su hermano. Bueno, al menos en ese asunto.

La mirada que Lenard sintió sobre él lo intimidó levemente, los ojos de Melina brillaban de una manera que le causó escalofríos. ¿Qué tan peligrosa podría llegar a ser esa belleza que tenía en frente? ¿Qué tan letales podrían llegar a ser las espinas de esa rosa? Esas eran preguntas que no se sentía muy ansioso de averiguar.

—Kat —llamó Ian desviando su atención del detective —debemos hablar —dijo.

Melina conocía ese tono de voz, sabía que su hermano quería una explicación clara, precisa y sin faltas. Aunque ella no se sentía lo suficientemente capaz de lograrlo.

—¿Que fue lo que pasó allí Kat? ¿A quién perseguías? ¿Quién era ese sujeto que viste?

Preguntas claras, directas y puntuales. Típicas de Ian. Melina desvió la mirada de su hermano a la negra oscuridad del fondo, intentando buscar palabras que describieran lo que paso con ella.

—Pensé que era una ilusión —respondió sinceramente con nostalgia —pero al parecer no lo fue.

Todos, sin excepción la miraron curiosos.

—¿A qué te refieres Kat? —preguntó Kato — ¿quién era ese sujeto?

Melina cerró los ojos, no quería recordar, le dolía, pero no podía ocultarlo, la situación no lo permitía.

—No sabría decirlo a ciencia cierta, no logré acercarme lo suficiente para estar segura —dijo con sinceridad —pero parecía ser Zafrán.

—¿Zafrán? —preguntó Kato intrigado, era la primera vez en toda su vida que escuchaba un nombre tan extraño.

Enamorándose del demonio #BNEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora