―Tu ―dije temerosa alejándome de él.
―Por favor no ―me miró suplicante sin soltarme la mano al darse cuenta que lo reconocí ―perdón por ese día, por lo que te hice, no fue mi intención realmente, perdón ―decía sin soltarme la mano sujetándomela con fuerza contra su rostro.
―No ―fue lo único que pude decir, levantándome de inmediato intentando escapar, pero apenas me di vuelta, me di cuenta de que no tenía idea de donde estaba, todo lo que veía era verde, un jardín, ¡¿cómo demonios llegue hasta allí?!
―¡Espera! ¡No te vayas! ―llamó y me abrazo por la espalda, inmovilizándome. Estaba estática, quieta, atrapada por el miedo, no podía reaccionar como lo hice días atrás ―perdóname, pero no puedo dejar de pensar en ti, desde el momento en el que vi tu foto, luego cuando nos vimos por primera vez, la forma en la que hablaste, como reaccionaste ―sonrió ―nunca conocí a nadie tan cambiante como tú. Llámame masoquista si quieres, pero desde ese día no puedo dejar de pensar en ti.
―Suel…
―Shhh, no ―dijo y me abrazó con más fuerza aún hundiendo su rostro entre el espacio vacío de mi cuello y mi hombro paseando su nariz lentamente por ellos, causándome un escalofríos de muerte, quería huir, correr, escapar, pero el pánico de ese momento me mantenía estática en mi mismo lugar ¿qué tan lejos podría llegar corriendo con la ropa que estaba? ¿Que tan lejos estaba? ¡¿Dónde estaba?! El continuó hablando sin notar siquiera el temblor que recorría por todo mi cuerpo ―ese día ―dijo ―cuando te vi probándote este mismo vestido, casi enloquezco, quería correr, abrazarte, cubrirte de besos y allí mismo tomarte.
―“Era el”―pensé con pánico.
―Pero no podía hacerlo, el simple hecho de verte allí, de observarte me bastaba. Cuando ese bastardo se atrevió a acercarse a ti y tocarte, quería matarlo, destrozar todos sus huesos, convertirlos en polvo ¡y arrojarlos al rio! ―rugió furioso apretándome más contra el.
―“Este tipo esta demente ¿qué hago?”
―Pero después, ―hundió su rostro en mi cabello ―¡suerte la mía! ―dijo mientras su respiración me hacía cosquillas en la nuca, poniéndome la piel de gallina ―el sujeto ése se fue sin que te dieras cuenta y pediste ayuda para quitarte el vestido sin notar que era yo el que estaba allí. Que invitación más atrayente ―decía mientras su mano vagaba por mis hombros hasta mi cintura, paseando su mano por mi vientre volviendo a mi rostro ―no sabes todo el esfuerzo que tuve que hacer para controlarme, realmente me vuelves loco ―dijo girándome completamente en torno a él y mirándome el rostro con una mezcla de lujuria, dulzura y timidez me dijo ―pero no quiero tomarte a la fuerza, quiero que seas mía en cuerpo y alma. Quiero tenerte para mí, solo para mí, quiero que seas mía sin tener que obligarte, quiero que me regales esa sonrisa que me regalaste hoy cuando no sabías quien era.
―“Dios, ¿qué hago?”
―Quiero que seas mía ―dijo mientras me abrazaba posesivamente ―quiero ser tu dueño de la manera en la que ahora tu eres mi dueña ―decía con fiereza mientras sus manos tomaban mi rostro ―quiero que tus labios, pronuncien solo mi nombre y el de nadie más ―decía mientras paseaba uno de sus dedos por mis labios ―quiero que seas completamente mía ―dijo y me besó.
Intente soltarme pero pareció que eso solo lo incito más, besándome con más fuerza, un beso urgente, un beso ansioso, un beso al cual yo no podía responder, intente liberarme pero no me soltaba, entonces en un momento de descuido pude levantar la rodilla y darle un rodillazo en su entrepierna, logrando así que me soltara. Una vez libre, eche a correr sin rumbo ni dirección, solo quería alejarme de él, pero no encontraba la salida, parecía un laberinto, donde todo era verde, al igual que sus ojos. Me sentía atrapada.
![](https://img.wattpad.com/cover/6967930-288-k94932.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Enamorándose del demonio #BNE
FanfictionMelina, una chica normal termina envuelta en un mundo completamente opuesto al suyo desde que se topó con un extraño joven de ojos verdes. Desde entonces su vida se transforma en un caos, donde el dolor, traición, venganza, muertes y asesinatos se...