Cap 58: Eslabón

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Llego con su amo cerca del mediodía, para encontrarse con la peor escena que en ese momento pudo presenciar. Su maestro tenía entre sus brazos a la señorita Asako, su actual prometida, y la besaba de una manera que nunca antes lo había esperado ver, devorando sus labios de una manera feroz, desesperada siendo correspondido de igual manera.

¿Qué era eso? ¿Un juego visual? ¿Una broma del destino? Él sabía que su amo sólo estaba jugando con ella, que era un teatro, ¿pero era necesario tanto derroche de amor fingido?

Impotente se quedó entre las sombras observando hasta donde llegaría con esa farsa, rogando internamente que se detuviera y la sacara de la habitación como lo había visto hacer muchas veces con otras mujeres. Pero nada pasó, Kay seguía en la misma habitación con esa misma mujer y Zafrán se quedó esperando un momento que nunca llegó.

Decepcionado no pudo apartar la mirada de la pareja, su mente vagaba en cientos de escenarios diversos, y uno de los más tristes era aquella en la que su señora los descubría juntos.

-"Si eso llegara a pasar, mi señora sufriría mucho" -pensó con tristeza -"ella no se merece esto"

¿Por qué estaba pasando esto?

Zafrán no podía comprender que es lo que pasaba por la mente de su señor. Él sabía que su maestro no tenía ojos para otra mujer que fuera su Melina, ella era su pareja, ¡el amor de su vida! Él sabía que la amaba más de lo que una vez hizo con la señorita Rosaly ¡lo podía jurar ante cualquiera! Nunca antes había visto ese brillo tan vivo en su mirada. Ese brillo nunca estuvo allí, incluso cuando Rosaly aún estaba con vida. Melina completó su alma. ¿Entonces porque estaba traicionándola ahora?

¿Sería acaso que su maestro estaba cayendo en el peligroso juego de la ambición?

Con horror fue comprobando poco a poco como sus mayores temores se hacían realidad. Kay parecía poseído, embrujado, perdido... Solo deseaba en su fuero interno que eso fuera una pesadilla, una terrible pesadilla y nada más.

Pasmado fue observando como su maestro iba despojando de sus vestidos a esa mujer que juro sólo sería su marioneta. No lo podía creer, Zafrán se sentía herido en lo más hondo por lo que estaba pasando, su señora se debatía entre la vida y la muerte y su maestro estaba allí, feliz, revolcándose con esa mujerzuela que no se parecía en nada a su señora.

Tuvo que volver la vista a otro lado y retirarse cuando las cosas subieron de tono. Cuando Kay comenzaba a hacerla suya de una manera muy salvaje. No es que fuera la primera vez que viera a su amo en esas circunstancias. Pero era la primera vez desde que perdió a la señorita Melina que lo vio tan decidido a enredarse con otra mujer.

¿No que había prometido nunca volver a tocar a otra mujer que no fuera su señora? ¿Dónde quedo esa vehemencia tan anhelada y jurada que él profesaba tener? ¡¿Qué es lo que había pasado con su señor?! ¡¿Dónde había quedado todo eso?! ¿Acaso habían sido palabras vacías y nada más?

Frustrado se recostó en uno de los árboles que daban vista a la mansión, se hallaba en una encrucijada ¿Qué debía hacer? Tenía un mal presentimiento. Algo no estaba bien, ¿Qué había pasado en los días que había estado ausente?

Ya de camino se enteró que el tiempo había volado de manera escandalosamente atroz. Lo que para él fue un simple abrir y cerrar de ojos, para los demás fue casi una semana completa si se tomaba el día de hoy. Aun le parecía increíble como pasaba el tiempo.

Por eso Fortini le había incitado a descansar un día más. Había estado dormido mucho tiempo, algo que favoreció en su recuperación, pero que había sido perjudicial en lo referente a los demás. Las cosas habían cambiado demasiado en su ausencia. ¿Que había pasado? ¿Porque no lo habían buscado? ¡¿Porque su señor estaba con esa mujerzuela cuando debía estar con su señora?! ¿Es que acaso no la amaba como lo había jurado antes?

Enamorándose del demonio #BNEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora