Cap 25: Separación

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Corrieron hasta donde ella se encontraba, siendo protegidos por muchos ninjas. Se acercaron hacia ellos y se subieron a la primera vagoneta negra que vieron cerca.

— ¡Mi señora! — Le grito Zafrán, ella corrió hacia ellos, — ¡Suba debemos escapar!, no hay otra vía que por tierra, destrozaron el helipuerto y hasta el aeropuerto.

Así lo hizo sin reclamar, Áscar metió un bolsón en el carro y acomodaron a Kay en el asiento delantero, estaba muy herido, se notaba a leguas, no se podía diferenciar donde eran las heridas, sangraba por casi todo el cuerpo, Zafrán le estiro el brazo y la puso al volante.

— ¿Sabe conducir?

Ella asintió con la cabeza aturdida aun.

—Bien, usted debe manejar, deben huir, les daremos todo el tiempo que podamos.

— ¡No! — Lloro Melina, — ¡Ven con nosotros! — Rogo.

— Siga recto este camino, — dijo ignorando sus ruegos — en el primer cruce vaya por la izquierda, no se detenga ante nada, de allí todo derecho y cada cruce que vea gire a la derecha, solo a la derecha, hasta que pueda encontrar un claro, allí estará a salvo, cuidaran de usted. — le dijo Zafrán.

 — Tengo miedo, no me dejes sola. — volvió a suplicar con lágrimas en los ojos.

Zafrán estuvo a punto de subirse con ella, pero el firme brazo de su hermano lo detuvo. Cerrando la puerta entre ellos.

— ¡Váyase!, ¡Ahora! — grito Áscar.

Las palabras de su hermano despertaron a Zafrán, él debía protegerlos, a ambos, debía darles todo el tiempo que pudieran para que logren escapar.

— ¡Corra! — Le grito Zafrán, — cuide al maestro por nosotros.

Unos disparos se oyeron revotando en el parabrisas del auto, Zafrán dio un salto hacia atrás y tomando una navaja la arrojo en dirección de los disparos.

— ¡Ahora! — grito y con lágrimas en los ojos Melina piso el acelerador a fondo y salió de allí.

Las lágrimas corrían por su rostro y se las limpiaba con brusquedad.

“No es momento de lágrimas Mel”—se dijo a ella misma — “Tienes a alguien a quien proteger.”

Y con eso, siguió corriendo, girando en cada cruce tal como se lo habían indicado.

— Perdóname… — oyó un susurro.

Melina miro a su costado y vio con alegría que Kay estaba despierto.

— No quise… mentir…

— Eso no importa ahora. Lo importante es que estas vivo. — dijo con una sonrisa, pero sin poder dejar de llorar.

— Perdóname — volvió a insistir. — lo digo de corazón.

Melina lo miro de reojo, sin quitar la vista de la pista.

— Eso quedo en el pasad…

La mano ensangrentada de Kay acaricio su rostro con suavidad y añadió una frase que la dejo helada.

— Te amo Melina… — y dándole una sonrisa perdió el conocimiento.

— ¡¡Kay!! — grito casi histérica, lo miro, estiro una mano y con alivio pudo comprobar que aun tenia pulso, estaba vivo.

Siguió conduciendo recto, a lo lejos unos kilómetros más allá podía ver el claro que menciono Zafrán, pero de repente, y de la nada otro carro salió a su encuentro arremetiendo contra ellos sacándolos por completo de la vía, Melina perdió el control del coche y fue rodando cuesta abajo a través del bosque llevándose por delante todo tipo de árboles pequeños hasta que termino chocando con uno enorme deteniendo su caída por completo.

Enamorándose del demonio #BNEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora