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Mantengo mi ojo derecho cerrado cual persiana vieja y gastada.
Lo dejo sin uso, porque ya casi está en extinción.

Duele cuando intento buscarle el "antes".
Y me lastimo cuando me golpeo el revés.

Me confunden las sombras que sobrepasan mi saber.
Y quisiera ser mí "antes" para poder realmente ver.

Ojo derecho que no sanará jamás.
Qué deteriorado estás.

Nublado pero fijo en una cara agrietada hecha de cristal.
Allí te sigo viendo con la ventana izquierda de mi borrosa y difuminada verdad.

















CoraticumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora