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Cumplo sueños ajenos.
Escucho sus lamentos,
consuelo sus corazones
y les doy un poco del mío a cambio de un poco de comprensión.

No la consigo.

No existen los momentos infinitos.
Vivo y siento que me extigo;
me seco como hoja en otoño y me deslizo en la cómoda soledad de mi abismo absoluto.

Sin dramas busco una escapada
Y un susurro dice que me de la vuelta.

No sé si es una sonrisa,
no sé si es su forma de pedirme perdón por la vergüenza que me brindó...
Tal vez sólo fue una gentil invitación.

Tal vez sólo fue mi tonta imaginación.



CoraticumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora