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Puedo darte las llaves de mi universo.
Podés ser la razón de mi rebeldía.
¿Creerías cada promesa improvisada?
Serias el templo de la tonta ignorancia.

Podrías ser mi estrella celeste.
Podrías ser el día de mi cumpleaños.
Podrías captar cada chispazo de melancolía, mientras el mundo sigue girando con la Luna en su monotonía.

El cerebro que vendió su corazón no puede partirse en dos.
El cerebro que estafó al corazón se verá hundido en un lapso de crudo y fiero dolor.

Migraña no es y tampoco será.
El corazón es vengativo y con él nunca se deberá jugar.








CoraticumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora