Nota: Antes de leer.

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¡Hola!

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¡Hola!

Les doy la bienvenida a éste mundo de notas cortas y una vida sin armonía. Porque ¿qué más se puede hacer para que éste comienzo se llene de calidez?

Esto es un espacio para mis tontas y libres rimas de adolescente empedernida. Porque éso es lo que soy, una adolescente que siente aunque siga estando ausente.

Decirles quién soy es lo de menos, lo importante es a quién descubrirán... a quién conocerán.

Como bien saben los adolescentes somos seres muy ambiguos. Seguramente ésto les suene muy raro, ¡hasta estoy sonando como si fuésemos unos completos extraterrestres! Pero es así, qué le vamos a hacer.

La vida en nuestro mundo se basa en un montón de sentimientos caóticos, que a veces carecen de razonamiento. Cosas inexplicables, mucho más que indescriptibles, pasan por nuestros corazones.

Ah, justamente de éso va éste título, aunque siga encerrando mucho más....

Coraticum.

¿Cómo les habrá sonado? Seguro lo relacionaron con el motor de nuestra vida, el que nos provee de mucho más que sangre; el carácter simbólico que decimos que guarda nuestros sentimientos. La razón de todo, y el fin de nuestros sentidos.

No se equivocaron, ya que Cora significa corazón. Pero...no le atinaron del todo.

Coraticum significa coraje.

Coraje, rabia, valentía, ánimo, ira... De ésto se trata todo el título: de sentimientos.

Las palabras tienen muchos significados, a veces acertados, otras manipuladas, pero siempre contienen algo más que un simple orden o complemento.

Mis palabras están unidas y mezcladas con sentimientos confusos, llenos de tonteras y ambigüedad.

¿Qué es lo que pienso? ¿Qué es lo que anhelo? ¿Será simple inmadurez? ¿O sólo el comienzo de un tal vez?

Quizás ustedes, luego de haber leído todo lo que siento, malinterpreten mis sentimientos. O tal vez se harten de mis ambigüedades. De los y de los no. De los ya no más y de los irremediables lo intenté, pero...

Bueno, sólo sé que no sé nada (recitando a Sócrates desde tiempos inmemoriales). Y le señalo a quién quiera que seas, persona que lee ésta nota..., que estás parada delante de una puerta.

Queda en vos el abrirla o dar media vuelta. Eliminar esta historia sin final y olvidar éstas poco inspiradoras palabras, las cuales están siendo redactadas por una chica que no supera los diecisiete años y medio.

Podés entrar, sólo si querés.

Si entrás, te contagio mi etérea alegría y te aseguro que la vida es un enredo total...

Y si elegís olvidarme, espero que la suerte te acompañe, joven Skywalker.

(Ya, también soy una comediante muy mala; aunque no lo demuestre)

Gracias por pasar por éste lugar.

Mañana será un día precioso.

Aunque sea domingo.

Qué más dá.

Andiel.


Andiel

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CoraticumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora