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Deseos que nunca se esfuman.
Cariños de un corazón de cristal.
Inexistencia mortal.
Haces que mis días se llenen de maravilla y se contaminen con imposibilidad.

Suspiro y suelto el aire que me quema los pulmones.
Me acerco y siento que el corazón se me sale del pecho,
las piernas pierden su equilibrio
y convivo con el peligro de caer por tu causa.

Ah, emoción que me das cada día.
Inconcebible es el que me sienta de ésta manera.
Tan tonta, tan serena.
Respirando por tu presencia,
desanimandome por tu ausencia.

Que los deseos de extender la mano y tocar aunque sea el dorso de la tuya, me llenan de frustración, de pena y tristeza.

No sé qué hacer...
La vida me dará señales,
así que observaré y expresaré todo lo que pueda.
Única.

CoraticumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora