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¿Qué hay de irrelevante?, ¿o es que todo tiene importancia? ¿Qué parte de tú cerebro se bloquea y qué sentidos se "despiertan"? ¿Cuántos estados de ánimo tenemos y cuántos ignoramos? ¿Qué es realmente sencillo cuando todo, al fín y al cabo, es complicado?

Las cosas son cosas. Vistas desde una perspectiva pragmática, las cosas son simples y tienen la capacidad innata de poseer un tipo de "orden" calculado. Pero, ¿cuál es la necesidad de mantener todo en orden y por qué algunas personas se sienten mal cuando su equilibrio se ve afectado por nimiedades?

Los enredos, de todo tipo, molestan. No hay que tener un pensamiento muy desarrollado para llegar a entender que el llamado "equilibrio" es subjetivo y que las manías, además de las acciones que realizamos, son propias de cada ser. Cuando el equilibrio se ve afectado por alguna anomalía, y si nos mantenemos enfocados en los intereses personales de la persona, todo puede derrumbarse o formar algún tipo de "desastre" personal que puede generar confusión y un poco de lamentable frustración.

Pero, ¿se puede vivir así?

Claro, pero no es lindo. Lo bueno de todo esto es que nada es perpetuo y que todo lo que nos aflige se desvanecerá con el tiempo.












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