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Manos finas, pálidas y sofisticadas.
Escriben poesía barata.
Siempre en viejos trapos de papel.

Voces jóvenes pero agrietadas.
Inundan el día con su intento de ascender.
Con aquél intento de entender.
Su propia música.

Pies derechos, que parecen más izquierdos.
Intentan dejarse llevar por el ritmo de la vida.
Y caen sin medida.
Pero, aunque por cada tropiezo allá una caída, pies izquierdos siempre volverán con su errática armonía.

Ojos serenos y oscuros.
Que atrapan la luz del sol.
Miran sin ver.
Y parece que no encuentran su qué.

Intolerable.
Una sensación tormentosa se queda en su esencia y no sabe la razón de su dolor.
Busca soluciones externas.
Cuando todo lo que necesita está en su "yo".


Cuando lo único que necesitamos esta en nuestro propósito.

En nuestra vida.


En nosotros.










CoraticumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora