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Nunca fue valiente, siempre fue una tonta ausente, la vida la dejó.
Tampoco quería estar sola, ella siempre miedosa, todo tenía un por qué.

Parecía que quería hacer cualquier pregunta, tenía que buscar la paz.
No entendía el tiempo y su agonía, sólo quería despertar.

Quería ser niebla, no buscaba libertad.
Parecía muy sola; tal ves sólo era tímida.
No era del destiempo, pero la noche era su anhelo, el silencio aún más.
Nunca desprevenida, siempre hechizo en su memoria, nunca podría despertar.

Estaba el entendimiento, que siempre huía de ella.
Tal vez era su historia, su carga y su torpe estrella.


Cuántos momentos utilizó mal su tiempo, nunca entendió su voz.
A veces era fuerte otras era inconsistente, nadie poseía su Don.

Cualquier día era infinito en su tiempo casi extinto, no quería crecer.

Y ella no quería estar sola, buscaba calor.
Y buscaba aliento, no esperaba su amor.

El mundo estaba triste, carecía de valor.
Ella estaba muy sola; no quería perdón.








CoraticumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora