VII

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29 de mayo, 2015

Charlotte


Mordí mis labios observando a través de aquel vidrio transparente que tenía visto al exterior. Parece que esto se había convertido en una especie de rutina en mi vida. Nada ha cambiado, aunque lo mire una y otra vez todo sigue igual.

Aquel cielo opaco lleno de nubes grises me observaba con burla. Por mucho que lo mirara no sería diferente, sería para mi uno sin esperanzas ni sueños.

Un cielo vacío.

Me bajé de la ventana de mi habitación y caminé hacia la ducha. Sin quitarme ninguna prenda, abrí la regader sintiendo la lluvia artificial caer sobre mi. Cerré los ojos cuando de inmediato sentí que toda la ropa se apegó a mi cuerpo.

Ya sin necesidad de bloquear un recuerdo o pensamiento, me deje caer al piso. Mi mente estaba vacía y cansada. Estaba exhausta de buscar algo que me hiciera no querer caer, pero nada funcionaba.

Seguía cayendo en un abismo de oscuridad.

Es como todos los caminos estuvieron ocultos y no sabia a donde dirigirme perdiendome cada vez más. En algún momento dejaría de ser yo completamente y sería un cascarón vacío.

Respire profundamente y sin levantarme del suelo comencé a sacarme la ropa tomando mi tiempo. Coloque un poco de shampoo en mi mano y lave mi cabello. Enjabone mi cuerpo y cuando sentí que estaba lo suficiente limpia, volví a abrir la regadera.

Mire el espejo que estaba en la parte de arriba del lavabo, las ojeras cada vez son más notorias y el corrector no será suficiente para cubrirlas. Me di una repasada, aunque comiera toda la comida que me traía James, aún podía ver las costillas al costado de mi cuerpo.

Negué con la cabeza.

Busque entre los cajones una sudadera grande, jeans y ropa interior. Cuando estaba vestida salí de la habitación hacia la cocina. Me peine con los dedos mi cabello que aún estaba húmedo, quizás debí usar la secadora. No quería enfermarme y ser una carga para Colton.

Sonreí burlona al encontrarme al susodicho tirado en el sillón durmiendo boca abajo. Hace cinco días se había marchado de juerga, algo que era realmente gracioso. Arrastrarlo por todo el departamento hasta su cama fue divertido.

–Si no sabes beber es mejor que no lo sigas haciendo. –comente en voz alta llegando hasta él. Colton soltó una maldición por lo bajo, estaba despierto. Mi sonrisa burlona creció más si es posible.

–Cállate, Charlie. –me cortó tapándose la cabeza con un cojín.

Solté una fuerte carcajada que me fue difícil retener. Sintiendo un poco de compasión y condescendencia le preparé algo de comida. Antes de ir hacia él, busqué en el botiquín de primeros auxilios unas aspirinas.

-Ten, come un poco.

Sin decir nada, se sentó sobre el sofá y sujeto el plato con los sándwich junto con el vaso de café. Lo observe devorar la comida mientras masticaba mi barra de cereal. La resaca le pegaba fuerte, de eso no hay dudas.

–No sé cómo tú puedes beber como si el mundo se acabara. –soltó de la nada. Me encogí de hombros restándole importancia a sus palabras.

–Práctica. –respondí simple

Él me observó por un momento y luego negó con la cabeza. Envolviéndose con la frazada que tenía a un lado fue descalzo hacia la cocina. Regreso y me tendió una de las dos tazas de chocolate que tenía en las manos.

Tormenta Black #1 Cristal RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora