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15 de junio, 2015

Bradley


Lo sabía muy bien, en cualquier momento estallaría. No soy una persona que pase por alto estas cosas y menos si se trata de mi hermano como una víctima.

No estaba enloqueciendo, no eran imaginaciones mías. Definitivamente tenía razón. La chica con quien vi a Colton es la novia de James.

La jodida novia de mi hermano.

No sabía qué hacer. Tenía que haber llevado a otro amigo para que viera lo mismo que yo.

Mierda.

Esto es una locura, mi hermano no me creería. No podría solo soltarlo sin tener pruebas. Y más si mi mejor amigo estaba involucrado en esto. James estaba completamente rendido hacia ella. Tenía que buscar cualquier cosa para que me creyera lo más rápido posible. No podía dejar que le siga viendo la cara de idiota al estúpido de mi hermano y le rompa el corazón.

Simplemente no podía permitirlo.

Aunque eso de buscar pruebas no era tan sencillo como lo pensé la primera vez y lo comprobé cuando fui ese mismo día en que los vi a ellos abrazados entrando al departamento de Colton. Estaba seguro que la había visto entrar a ese lugar, pero no la encontré por ninguna parte. No había señal de que hubiera estado ninguna mujer ahí. Aún tenía esa duda de que ella estuviera ocultándose en la habitación del primo de Colton, Charlie. Pero no pude confirmarlo porque este no salió de su habitación en ningún momento.

Y si mis pensamientos estaban en otro mundo, luego de no haber encontrado rastros de esa tipa , me llegó la idea un poco creíble de que también estuviera con el primo de mi amigo.

Demonios.

Aunque sabia la historia de Charlie, siempre hay una posiblidad que quite sus penas con un buen sexo. Ella es hermosa y él puede sucumbir.

Dos días, dos jodidas habían pasado de aquello. No sabía cómo diablos mirar a la cara a Colton sin que se me salga preguntarle sobre eso. Primero tenía que confirmarlo bien ya despues comienzo a sacar los trapos sucios de una vez por todas.

–Me voy, estoy llegando tarde a una clase. –aviso James recogiendo algunos libros de anatomía que dejó cerca del librero. Me apresure a comer rápido para alcanzarlo, pero él me detuvo al verme casi atragantandome.–No te preocupes, vienen por mí. –anunció mientras me daba un pequeño golpe amistoso en la cabeza y dándole un beso en la mejilla a mamá.

Apreté los puños sabiendo quien era la persona que lo estaba esperando afuera. Maldita sea. Tenía unas inmensas ganas de salir de casa y plantarme en frente de ella a decirle todas sus verdades.

Esto es más que un orgullo herido. Se metió con mi familia y eso nunca podré perdonar.

–No sé por qué razón te cae mal si aún no la conoces. –habló mi mamá refiriéndose a la novia de James. Resople. Estaba cansado de que la viera como una santa cuando es todo lo contrario. –No sabes cuánto te estás equivocando al juzgarla. –negó con su cabeza.

Bufe, lo que faltaba. Si estaba más claro que el agua.

¿Qué me equivocaba? Reí sarcástico, esto es una completa estupidez.

Estaba comenzando a hartarme de la manera en que mi madre hablaba de ella. Me daba rabia al saber lo que hacía a mi hermano y nadie se daba cuenta. Solo yo.

–Déjalo mamá. No estoy de humor. –me levante apartando a un lado mi plato. Se me había quitado el apetito de solo escuchar de ella. –Nos vemos más tarde. –me despedí saliendo de la casa.

Tormenta Black #1 Cristal RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora