XXIII

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20 de agosto, 2015

Bradley


-¿Ya me vas a decir que te paso?

-No es tu incumbencia. -gruñí soltandome del agarre de James que intentó tocarme el rostro.

Apreté los puños sintiendo las miradas de todo aquel que me encontraba. Ni siquiera pude cubrir los jodidos hematomas con maquillaje, simplemente estaba hecho una mierda.

Estaba furioso, pero no sabía si con ese infeliz o conmigo, por no poder frenar sus puños. Y lo que más me enerva, es que esa estúpida me haya tratado como una basura delante de él.

Abriendo la puerta del salón, entre ignorando a todos que me quedaron observando como si me hubiera salido una segunda cabeza.

Toda esta mierda me parecía inconcebible, no lo podía aceptar. ¿Como ese imbécil me pudo dejar así? pero, sobre todo. ¿Por qué la defendio como si ella fuera lo más valioso para él?

¿Quién se supone que es él en la vida de ella?



(***)



Frote mis ojos, esto está arruinandome. Demonios, ella es la novia de James. Mi hermano, por el que daría mi vida.

Pero al verla en brazos de otro hombre, que no era James, casi me hizo enloquecer. Solo quería destrozar al tipo y luego gritarle a ella, por elegir a todos, menos a mi.

Aunque sonara muy estupido, muy ilógico... yo realmente quisiera que su corazón me pertenezca.

Sonreí sin gracia, haciéndome memoria de todos nuestros encuentros. Eso no sucederá jamás, o por lo menos no en esta vida. Soy la última persona que desearía para ella.

Cerré los ojos y recosté mi cabeza contra la mesa del pupitre, en el momento en que el maestro salió del aula. Hice una mueca de dolor cuando mi brazo tocó con mi pómulo que estaba hinchado con una tonalidad verdosa. Infeliz.

Además, sumándole a mi mal humor todos los de mi clase no dejaban de mirarme como si me tratara de una jodida atracción del circo. Mierda. No era la primera persona que tenía el rostro golpeado en la historia.

Imbéciles, todos son unos jodidos imbéciles.

–Vaya, es cierto lo que decían. –Colton apareció al frente mío mirándome preocupado y gracioso a la vez. –Te han hecho mierda, amigo.

Puse los ojos en blanco conteniendome de sacarle el dedo del medio. Aún en medio de mi tormentoso día, me di cuenta que Colton se veía un poco más alegre de lo normal. Como si hubiera recibido una excelente noticia. ¿Será que ya no vive con él su primo Charlie?

Bueno, no. Él quería mucho a su primo que sería lo último que quisiera que sucediera.

– ¿Y a ti que te tiene tan feliz? –pregunte ignorando lo último que dijo. Él soltó una carcajada sentándose en el asiento de mi lado derecho.

–Pues, que te puedo decir. Las cosas están saliendo bien. –se encogió de hombros sin perder la sonrisa de su rostro. Fruncí el ceño, sin entender nada.

– ¿Qué quieres decir con eso? –pase una mano por mi cabello. –No te estarás metiendo drogas ¿Verdad? –pregunté de pronto como si fuera una posibilidad. Luego recordé a su primo y sus problemas de adicción.

Tormenta Black #1 Cristal RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora