XVII

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9 de julio, 2015

Bradley


Observé con el ceño fruncido el departamento de Colton mientras bajaba del auto. El día de ayer, cuando pasé por aquí rumbo al hospital a ver a mamá que terminaba su turno, vi aquella mujer salir de esta casa.

Sin poder detenerme hacer una confrontación, tuve que tragarme todo lo que quería gritar cuando me percate que no solo salió de aquí, sino, que lo hizo como si recién hubiera hecho algo que fuera más que conversar. Su cabello húmedo y sus mejillas sonrojadas, casi logran enloquecerme.

Apreté mi mandíbula, no se porque demonios me cabreaba todo esto. Si por mi hermano, que parecía cada vez más encaprichado con ella o por mi. Que sentía algo aunque no lo admitiría en voz alta.

Toqué la puerta un par de veces antes de que mi amigo apareciera con el rostro adormilado. Entrecerró los ojos sintiendo la bilis subir, tenía que tranquilizarme. Respire profundo, tenía que pensar antes de actuar. Suficiente tenía con la pelea de James.

Sentía rabia al imaginar lo estuvieron haciendo entre ellos dos. Ella no podía jugarle sucio a mi hermano, jodidamente no podía y menos con un amigo cercano. La materia.

– ¡Hey, amigo del alma! – exclame con falsa emoción sonriendo como si fuera un maniático. –Parece que te fuiste de marcha ayer y no me invitaste.

El rodó los ojos haciéndose a un lado, dejándome entrar a su hogar. Escudriñe cada rincón del departamento buscando señas que sexo.

–Hola a ti también Bradley. –gruño sarcástico.

– ¿Qué has estado haciendo estos últimos días que noto ojeras en tu rostro? –pregunté sintiendo un mal sabor de boca. Él sonrió, pero había algo diferente.

Es una sonrisa genuina.

Desde hace tiempo que no lo veo de esa manera, casi dos años para ser exactos. Me quedé pasmado ¿Será por ella?

. – ¿Qué te tiene tan feliz? ¿Una nueva conquista? –con la mandíbula tensa espere su respuesta.

–Para nada, no digas idioteces. –se carcajeó pasando una de sus manos por el cabello. –Hace unos cuantos días volvió un viejo amigo. –me giño.– Ayer nos quedamos hasta tarde poniéndonos al día. –fruncí el ceño ¿Amigo? ¿Qué amigo?

Conozco desde siempre a Colton y no recuerdo que ningún amigo nuestro se haya marchado.

– ¿Y tú primo cómo estuvo con eso? -la última vez que le intente hablar para que saliera y socialice con el mundo, solo me ignoró olímpicamente. -¿Sigue siendo un dolor en el culo? –pregunté.

–Bueno, eso es lo mejor de todo esto. –su sonrisa se amplió notablemente. –Maldita sea, todo ha estado mejorando desde que Elliot regresó. –comentó satisfecho.

–Porque hablas como si fuera que gracias a su presencia mejoró. Digo, pudo ser por cuenta propia de tu primo. -señale. -Además, quien es el tal Elliot para él.

–Elliot, es el hermano del que fue el amor de la vida de Charlie.

Mis ojos se agrandaron con absoluta sorpresa. No esperaba eso, realmente no. Un poco desubicado pensé en la situación que estaría viviendo el primo de Colton. Hice una mueca.

– ¿Tú crees que eso no podría perjudicar a Charlie? –pregunte. Él asintió sin pensarlo dos veces seguro de sí mismo.

Quise replicar que quizás algo puede salir mal, pero fui cortado por él. Supongo que no quería que arruinara sus esperanzas de que todo vuelva a ser como antes con su primo. Cambio de tema de forma drástica al preguntarme por mi hermano. Chasque los dedos, aún no he resuelto mis conflictos con él.

Tormenta Black #1 Cristal RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora