XIX

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19 de julio, 2015

Charlotte


Sujeté mi cabello en una coleta alta, cuando este me comenzó a molestar. Bostece mirando nuevamente el pasillo por donde se había marchado la secretaria hace tan solo unos pocos minutos. Observé el sobre que tenía encima de mi regazo. Me preguntaba si realmente eran importantes estos papeles que necesitaba Elliot.

Negué con la cabeza volviéndome a sentar correctamente en las incómodas sillas de espera. Claro, que es importante. No por nada me ha pedido este favor. Me levanté rápidamente cuando vi que traían los papeles que solicité.

Una vez que los tuve conmigo, me dispuse a marcharme del edificio no sin antes agradecer por su atención. Frote un poco mis ojos antes de subir al auto y retirarme. Me estaba sintiendo un poco agotada.

Encendí la radio y busqué una música suave, no quería que el silencio me envuelva. Tengo que evitar que todo se haga mierda, que mi mente me ataque. Además, tenía un poco de dolor de cabeza, necesitaba un poco de paz.

Todo se ha sentido extraño estas últimas semanas, ni siquiera cuando me ahogaba en alcohol me sentía de esta manera. Es como si algo me hiciera estar enferma, nada realmente de qué preocuparse, pero si para que Colton estuviera con la idea de llevarme al médico. Me negaba a ir al hospital, yo no podría estar en ese lugar. Todos mis recuerdos en él han sido tan dolorosos.

Saqué mi teléfono de mi bolsillo delantero y marqué el número de Elliot.

–Ya tengo los papeles que necesitabas. ¿Necesitas algo más? –me escuchó decir tímidamente cuando descolgó el teléfono en el primer tono. Escuche su risa a través de la línea.

–Siempre tan directa, Charlie. –hablo riendo. –Gracias por tu ayuda, cariño. –agradeció. – ¿Puedes tenerlos tú hasta que regrese a Londres el día viernes? –pregunto.

–Claro, por supuesto. No tengo ningún problema. –Asentí enérgicamente aún cuando sabía que no podía verme.

Tenía que ayudarlo en todo lo que pudiera hasta que regresara a la ciudad. Se sentía bien, me sentía feliz al saber que regresaría a la ciudad de manera permanente. Soy consciente que nada ha sido fácil, todo ha sido un proceso tan difícil para todos nosotros que no puedo reprocharle nada a nadie.

Cada quien lidia el dolor a su manera.

Suspire, a pesar de que Manchester no queda al otro lado del mundo, se siente como una larga distancia que nos separa. El que esté arreglando sus papeles para el traspaso de su trabajo aquí, todo se siente bien.

–Está bien, Charlie. Más tarde te llamo, cuidate por favor. –pidió. –Te quiero Lottie... –se despidió colgando la llamada.

–También te quiero, Elliot. –respondí aún después que colgó.

Me quedé mirando fijamente a la carretera. No tenía ninguna parada que hacer, solo volver al departamento. Estaba un poco agotada, necesitaba dormir. Las ojeras se negaban a marcharse de mi rostro y la falta de apetito hacía mella en mis energías.

Aunque todo parecía ir bien de alguna manera con la compañía de Elliot, Colton y sin olvidar de James, me sentía exhausta. Todo parecia que queria irse de picada

Seguí manejando por unos cuantos minutos cuando de repente apareció un cuerpo atravesando mi camino, logrando que frenará a raya para no atropellarlo. Parpadee algunas veces estupefacta antes de salir del coche a insultar a la persona que se lanzó haciendo que por poco la mate. Maldición ¿La gente se estaba volviendo loca? Con el pulso acelerado me acerque al idiota que estaba tendido boca a bajo en el pavimento murmurando cosas incoherentes.

Tormenta Black #1 Cristal RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora