VIII

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8 de junio, 2015

Bradley


–Bueno, tengo tiempo de sobra.

Guarde mi cuaderno de apuntes junto con unos esferos en mi pequeña maleta. Los libros y otras cosas que necesitará, las tenía en el casillero de la universidad. Le di un vistazo al reloj de pared que estaba arriba de la puerta y salí de la habitación cerrando la puerta detrás mío.

Despeine mi cabello y antes de bajar por las escaleras, pase por la habitación de James para ver si ya se levantó. No quería que se quedara dormido y tuviera una amonestación como si estuviera de nuevo en el instituto. Sin hacer ruido abrí su puerta observando la cama que se encontraba vacía. Al no escuchar el sonido de la ducha, suponía que ya estaba en la cocina desayunando.

Suspire, emprendí mi camino hacia donde mamá estaba cocinando. Efectivamente encontré a mi hermano terminando de devorar su comida mientras conversaba con nuestra progenitora.

-Pensé que aún seguías dormido, ya iba a levantarte querido. -beso mi mejilla pasando un plato de tostadas y huevos revueltos cuando estuve sentado.

-Gracias, mamá.

-Nos vemos más tarde. -mi hermano se levantó de su asiento llevando su plato al lavaplatos. Antes de que se fuera le hable.

-¿Quieres que te lleve? -pregunté cauteloso.

Siendo sincero, ya no sé cómo va a reaccionar James. Es como si fuera una bomba de tiempo que estalla cada vez que tocan a su chica. Sentí tanta tensión que estaba seguro que nuestra madre se percató, pero no opino nada.

Cuando tuvimos nuestra primera pelea siendo unas bestias, mamá dijo que cualquier cosa la resolvieramos. Somos hermanos y no podemos ser unos idiotas. Tenemos que cuidarnos y protegernos a nuestras espaldas, porque al final de todo. Solo nos tenemos a nosotros mismos.

-Si, te espero afuera.

Sin decir otra palabra, se fue hacia donde suponía la cochera. Terminé de desayunar lo más rápido posible y salí, no sin antes despedirme de mi mamá. Desactive la alarma del coche y James se sentó en el puesto del copiloto.

El trayecto a la universidad fue silencioso, ninguno de los dos intentó entablar una conversación. La música de la radio fue la única que hizo espacio entre tanta tensión. Una vez que llegamos cada quien se fue por su lado. Suspiré, negando con la cabeza. Odiaba estar así con él, es mi hermano.

Quizás debería darle espacio o tratar de hacerlo antes de obligarlo a escucharme. No soy el malo de la historia y quiero que lo entienda. Solo estoy preocupada por la relación que tiene que parece que lo quiere cambiar. Quizas, solo quizas el tiene que tener un corazón roto de parte de una mujer para que entienda finalmente que quería protegerlo.

Pero...

No quiero que sea una mierda sentirse insuficiente o no ser capaz de creer que lo amara con la misma intensidad que hizo con ella. Algunas veces temía que ese amor se convirtiera en algo destructivo para James. Así como el primo de Colton, Charlie. Y viendo con mucho pesar por el camino que va mi querido hermano dudo mucho que eso no pase. Con todos los cambios que tiene desde que ella apareció me tiene desconcertado. Siento que cada día que pasa pierdo a mi hermano y eso me llena de tanta impotencia y rabia.

-Creo que ya todo está planificado. -comentó Erick observando el instructivo que nos habían dado una vez que terminó las clases inductivas. Asentí. -Será que me vaya. -me giño un ojo.- Quede con alguien. -subió sus cejas mirándome con picardía. Reí.

Tormenta Black #1 Cristal RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora