XXVI

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6 de septiembre, 2015

Charlotte


Froté mis brazos con mis manos, aun cuando traía una chaqueta encima, el frío no se aplacaba. Bueno, son las dos y media de la mañana, es algo comprensible. Negué con la cabeza, busqué entre mis bolsillos un encendedor y una vez que lo encontré, prendí un cigarrillo dándole una calada profunda.

Todo está perdiendo sentido, nada importaba.

Apreté una de mis manos convirtiéndola en un puño. Trato de entender a mis padres, a mi hermano sobre su preocupación muy evidente con el tema de Elliot y Marie, pero no puedo. Yo... yo no podría alejarme de ellos. Jamás podría hacerlo, no se siente bien ni correcto hacerlo.

El desaparecer del radar de todos, se sintió como un respiro.

Con el auto estacionado en las afueras de la ciudad a las dos de la mañana notando cada vez más fuerte la soledad envolviendome. Es como si me encontrara en un camino que no tuviera salida sintiéndome cada vez más atrapada y paranoica como si algo malo estuviera por ocurrir.

Y como si todo no estuviera mal, el observar mi reflejo cada vez que me miro al espejo, una parte de mi se va rompiendo y llenando de rencor. Detesto ver en que me convertí y como termine en esto. En este punto de mi vida, no sé cómo cambiarlo o si realmente quiero hacerlo.

Tengo miedo, miedo a mí misma.

No puedo seguir peleando toda la vida, porque ya no existe un motivo para hacerlo. Estoy cansada, me siento exhausta por buscar una razón para no terminar de hundirme.

¿Por qué no pude tener mi final feliz?

¿Es que estoy condenada a pasar sola por la vida? Supongo que así es. Seth ya no está aquí, yo no estoy con él y nunca volveremos a estar juntos.

Mirar a todos mis amigos o conocidos que estén avanzando con sus vidas mientras sigo estancado, es un sentimiento horrible.

–Solo quise ser feliz. –susurré mirando hacia lo lejos.

Tener un nudo en la garganta en todo momento que me impida hablar o respirar, es espantoso. Es como saber que por cualquier mínima cosa que suceda, me puede derrumbar y no quiero eso.

Ya no quiero llorar.

No quiero ser vista como alguien débil que llora todo el momento. Quiero ser la de antes.

Quiero ser feliz.

Pero eso no sucederá, porque no puedo ser feliz. Todo lo que anhele en mi vida, para mí... ya no está. Y nunca volverá a estar.

Bote el cigarrillo al suelo para apagarlo con la punta de mi zapato. Frote mis ojos cuando estos comenzaron a picar. Me recargue en el auto mientras cogía mi celular y revisaba si había algo nuevo. Desde que salí huyendo, no lo toque. Hice una mueca al observar que había demasiadas llamadas perdidas de todos.

Suspire guardando mi móvil y me subí al auto. Acabó el tiempo de esconderse y enfrentarse a la realidad. No quería preocuparlos más de lo que ya lo estaban.

El trayecto fue rápido con un poco de velocidad, siendo las cuatro de la mañana no había casi tráfico. Estacioné el coche y saqué las llaves de él lentamente. Me acerqué sin hacer ruido a la puerta y la abrí sigilosamente tratando de no despertar a Colton.

Todas las luces estaban apagadas, es una buena señal. Me quité la chaqueta dejándola en el armario junto con mi gorro de lana. Pase por la sala para ir por un poco de agua a la cocina

Tormenta Black #1 Cristal RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora