7 de noviembre, 2015
Charlotte
Finalmente llegó el día que siempre temía.
El día en que se cumplen dos años de su partida.
Dos años desde que todo se volvió un caos que no tiene solución.
Apreté mis labios tratando de no romperme, tratando de ser fuerte, pero es imposible. No podía contener ni un poco todo lo que sentía mi corazón, el cómo lloraba amargamente recordando aquel fatídico día.
Aunque me negara aceptarlo, lo había perdido. Perdí a mi Seth y dolía, dolía mucho esa realidad.
Y como si hubiera regresado en el tiempo y dejando libre mi llanto, comence a vestirme con aquel vestido negro que solo lo utilice para el funeral. Sollocé, derrumbándome y cayendo en el piso.
Mi corazón se volvió a romper.
¿Cuándo dejará de doler?
Ni siquiera puedo imaginar cómo es que pude pasar el primer año de su muerte con solo mi familia. Elliot y Marie se habían marchado meses después del entierro y los demás, se fueron poco a poco con el viento.
Obligándome a levantarme del suelo, termine de abrochar mis zapatos. Me di una mirada al espejo no gustándome lo que veía, pero sin intenciones de maquillarme. No quería ir con una máscara, no donde estaba descansado Seth. Aunque quisiera no puedo ocultar todo lo que soy o mejor dicho, en todo lo que me convertí.
Con las manos temblorosas, abrí la puerta de mi habitación en casa de mis padres. Dos semanas después que comencé el entrenamiento, tuve malos momentos con mi salud que no quise de nuevo que Colton viviera preocupado e hiciera a un lado su vida por mí.
Tomé la decisión de regresar a antiguo hogar.
Respire hondo, tratando de desaparecer las lágrimas que inundaban mis ojos, pero no podía. A paso lento, baje escalon por escalon hasta llegar a planta baja donde encontre a mi familia vestida de negro esperandome, preparados para ir al cementerio.
Sentí que estaba volviendo a vivir aquel día en que le dije adios.
—Elliot, te espera afuera. —anunció mi hermano apareciendo con un traje oscuro delante de mí. Asentí sin poder pronunciar alguna palabra.
Camine hacia la salida abriendo la puerta de la entrada observando al auto de Elliot estacionado afuera de casa. Con el corazón haciéndose añicos, me acerqué a él y esté al verme salió del coche. Esta es la primera vez que me miraba sin una gota de maquillaje. Su sorpresa al ver mi rostro desnudo no pasó desapercibida.
Un poco torpe, me abrió la puerta del asiento del copiloto y una vez dentro de ella, la cerró para luego rodear el auto y subirse en él. Fijé mi vista en la ventana sintiendo un nudo en la garganta formarse.
—Lamento no haber estado todo este tiempo junto a ti, Charlotte. —Mire a Elliot que estaba apretando con sus manos el volante con fuerza. —Siento no haber estado para ti, sosteniéndote mientras te derrumbaste.
—Duele demasiado, Elliot. —susurre liberando las lágrimas que tenía retenidas.
Todo parecía tan igual como aquel día que siento que fue ayer que lo perdí.
—Lo sé, Lottie. —su voz se quebró derramando lágrimas. —A mi también me duele, me duele haber perdido a mi hermano.
Sollocé sin poder contenerme porque tenía razón. Él perdió a su hermano, a su mejor amigo, a su persona.
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Tormenta Black #1 Cristal Roto
RomanceUn amor no siempre tiene que tener un final feliz, como los cuentos de hadas, pero tampoco uno triste y vacío. Uno desgarrador. Una sola decisión puede determinar el sendero de tu vida, ya sea bueno, malo o catastrófico. No servirá de nada todo e...