XLVII

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23 de marzo, 2016

Charlotte

Mire a través de la ventana de la casa de James a ver si encontraba algo extraño, pero al parecer todo estaba normal. Aún no me confiaba del todo, me sentía alerta y nerviosa en todo momento. Sentí que en cualquier momento se me acababa la vida y era algo demasiado angustiante. 

—Todo esta bien Charlie, nada va a pasar —hablo mi amigo con la boca llena de comida. 

El no sabía nada de la situación que había pasado, bueno nadie lo sabía. No podía solo divulgar algo delicado y que ellos salieran afectados. Suspire y regrese a su lado. Me senté y hundí mi rostro en mis manos. Necesitaba relajarme, pero no podía. 

Además, estaba el hecho que se acerca la semifinal. Era como revivir esos momentos que hacían doler el corazón. Me negaba a llorar, no podía hacerlo. Tenía que cumplir nuestro sueño. 

—Lo sé. —fue lo único que pude decir. 

James pasó sus brazos por mis hombros abrazándome. Alce mi mirada hacia el, me gustaba mucho como sonreía, de alguna manera sentía que me llenaba de esperanza con solo verla. 

—Voy por un poco de comida china. —dijo levantándose del sillón y agarrando las llaves de la casa. —No demoró. —aviso. Asentí, igual ya había entrenado en la mañana así que no tenía nada que hacer. 

Recosté la cabeza en el sillón y mire hacia un punto x. La mamá de James no estaba, así que no tenía con quién más platicar. Aunque si lo ponía de otra manera la situación, está era de las pocas veces que he podido estar sola sin que me estén vigilando. 

Se muy bien que Elliot se encuentra demasiado preocupado por todo lo que me ha sucedió este último tiempo. No creo que haya esperado que despareciera de un momento a otro, me sorprende que no haya enloquecido tratando de buscarme en esos días. Y con el tema de mi lesión se que no está del todo seguro que mi mejora sea permanente, teme que me pase algo en alguna pelea. 

Aunque no es el único. 

Frote mis ojos, estaba cansada. Estaba comenzado a sufrir de insomnio, todo esta colapsando mentalmente de nuevo. Estaba tratando de que no me afectará tanto. 

—Pero miren a quien tenemos aquí. —y mi suerte iba en mal en peor. Quería quejarme, realmente quería hacerlo. 

—Bradley. —dije sin abrir mis ojos. 

—No vengo a discutir. —su voz no era la misma arrogante que siempre. Hice una mueca y suspire. Abri los ojos y lo observe como estaba sentando al frente de mi. 

— ¿Qué quieres? —fui directa. 

—Solo conversar en realidad. 

—No estoy para estupideces. —lo mire de arriba hacia abajo. 

—Solo quiero pedirte disculpas por todo los malos momentos que te hecho pasar. —respondió sincero. Frunci el ceño sin entender su disculpa.

—Esta bien. 

— ¿Esta bien? —trate de no hacer una mueca estaba un poco incómoda, pero no me cambiaría de sitio. No quería ser grosera luego de que se disculpara.

Nos quedamos en silencio hasta que el solo me miró por unos segundos dando un asentimiento con la cabeza retirándose de ahí. Eso fue raro.

Me  limite a comer en silencio una vez que mi  amigo trajo los platos de comida. Sin prestarle atención a la película, me dirigí al baño. Por unos momentos me quede en silencio, mi pecho comenzaba a oprimirse. Sentía que me estaba quedando  sin aire.

-Estoy contigo -era la voz de Bradley. No entendía a que se refería.

Trate de caminar, pero me termine enredando con mis propios pies que si no fuera por el hermano de James hubiera terminado en el suelo.

Vuelve a mi por favor.

- ¿Qué? -susurre deslizándome hacia suelo. Mi blusa se subió un poco y el arma que llevaba a todas partes estuvo a la vista de cualquiera.

Sin decir nada Bradley se acero y volvió a esconder mi pistola con mi blusa.

- Todo esta bien, yo estaré contigo. -porque decía todo eso el chico que hace poco solo me despreciaba. 

Porque de nuevo estaba escuchando esas voces en mi cabeza y esa sensación tan angustiante en mi pecho que no me dejaba respirar. 

Quiero sostenerte nuevamente y prometerte que te cuidare de todo.

Esa voz me parecía tan familiar, pero no podía recordarla.  ¿quien me llamaba tan insistentemente? Y sobre todo lo mas importante.

¿A donde tenia que regresar?





2 de abril, 2016

Charlotte

Escuche como se abría la puerta de mi habitación, por algún motivo la persona que entro no hacia ningún ruido. Permaneció así unos diez minutos antes de salir sin hacer ruido. Solo había dormido unas pocas y horas, pero no podía seguir acostada.

Abrazando mi almohada restregué mi rostro contra ella. Por algún motivo me sentía triste, aunque parecía ser un buen día. No podía quitar mi cara de tristeza.

Suponía que era bueno, no siempre podemos estar felices. Se necesita encontrar un equilibrio para poder apreciar los pequeños momentos.  

Saque mi baúl que estaba encima de la mesita de noche. Ya no lo ocultaba, no me lastimaba verlo cada día. Simplemente era algo que tenia que suceder en algún momento, como había dicho papá. Pero, en algo que equivocaba. El dolor de cada persona era diferente, el mío sigue conmigo.

-Esta listo el desayuno Charlie -mi pequeña hermana toco  dos veces la puerta, suponía que pensaba que seguía durmiendo. 

Desde el incidente que ocurrió en la casa de James, donde comencé a sentir fuertes dolores en el pecho decidí o bueno decidieron que seria mejor que regresara a vivir con mis padres, por lo menos un tiempo hasta averiguar porque me sucedía eso.  

Me sentía un poco contrariada porque no me daban razones del porque tenia dolores palpitantes tan fuertes que me hacia doblegarme sobre mis propias rodillas. Como ocurrió el fin de semana pasado frente a Dylan. 

Aunque de cierta manera agradecía que hubiera sido enfrente de el, porque si era Elliot el seguro se hubiera negado en seguirme entrenando. Y no podía, tenia que recuperar todos los días perdidos.

-En un momento bajo. -respondí abriendo la puerta. 

-Esta bien, te esperamos. -trate de sonreír mientras despeinaba su cabello.

La vi como regresaba hacia donde estaban todos. Respire hondo, y cerré la puerta de mi habitación atrás mio.  Observe todo el cuarto y lo sentí tan gris, sin nada de vida.

Camine hacia mi armario y busque un suéter para ponerme. Sentía un poco de frió, o quizás mucho. Trague saliva y mi corazón se achico cuando vi aquel vestido negro que había usado solamente una vez. 

No podía reprimir mis sentimientos.

No podía callar todo lo que mi corazón quería gritar.

- ¿Por qué? -deje salir una lagrima. - ¿Por qué tuviste que ser tu? -mordí mi labio cuando sentí mis ojos brillar.

Aunque no estuviera, mi amor sobrepasaba la misma muerte.

No podía soltarlo, lo seguía amando como el primer día.








Tormenta Black #1 Cristal RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora