XXII

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15 de agosto, 2015

Charlotte


Torcí los dedos de mi mano, ansiosa. Demonios, sentía que podría tener un ataque de pánico en cualquier momento si no me controlaba, pero es tan complicado.

Todo se sentía difícil.

Terminé de trenzar mi cabello y miré que ningún mechón estuviera suelto. Esto se sentía irracional, tan extraño. Observé mi reflejo en el espejo, sabía que esa mujer de cabellos rubios soy yo, pero no se sentía así. No me reconocía por ninguna parte, no hay nada de lo que fui un día.

Era como un cascarón vacío.

Respire profundo y coloque un pequeño gorro de lana sobre mi cabello. No tenía tiempo de lamentarme, tenía muchas cosas que hacer el día de hoy.

- ¿Estas listas? -pregunto Colton apareciendo en mi habitación, recargándose en el marco de la puerta. Restregué mis manos en mi regazo.

-Sí, eso creo. -murmure nerviosa mirándome por última vez en el espejo. No quería dejar en evidencia mis ojeras y la palidez, no necesitaba preocupar a nadie sobre mi, tenía suficiente con mi primo.

-Me gusta tu conjunto, te queda bien ese color.

Sonreí de lado, observando de reojo mi vestuario. Este sweater de lana azul pastel con el jean blanco, quedaron bien. Me sentí un poco desubicado, pero con estas palabras de Colton, me ayudaron a tranquilizarme un poco.

-Gracias, yo solo... No quiero decepcionar a nadie.

-Tú nunca podrías decepcionar a nadie. -se acercó a mi y beso tiernamente mi frente. -Llegó la hora, esperan por nosotros. -me sonrió. -Esperan por ti.

-Esta bien.

Agarré mi celular y salí de la habitación con Colton a mi lado. Camine hacia la cochera donde estaba en el auto de mi primo, esta vez no conduciría.

Puse una mano sobre mi pecho, mi corazón parecía que se saldría de mi cuerpo. ¿Realmente estará bien hacer esto? ¿No le haré daño a Marie volviéndome a ver?

No quería lastimarla, es lo que jamás podría hacer en mi vida.

-Charlie. -lo escuche decir a mi primo. Estaba tan perdida en mis pensamientos que el sonido de un celular me hizo sobresaltar. - ¿Qué pasa? Estoy ocupado, Bradley. -respondió con su ceño fruncido. Lo miré de lado cuando pronunció aquella última palabra. ¿En serio, Bradley? Esperaba que no se tratara del mismo imbécil que pensaba. -Después hablamos.

- ¿Todo bien?

-Si, nada importante.

Asentí, sin añadir nada más. Aunque todo estuviera en silencio, no me molestaba en absoluto. Cerré los ojos sintiendo mis manos temblar. No quería equivocarme, no quería hacerlo y menos en esta decisión.

Sin darme cuenta, Colton ya estaba estacionando su coche afuera de la casa, aquella casa que no pise desde hace mucho tiempo -sin mencionar cuando estuve con Elliot y Colton- demasiado.

-¿Realmente estará bien volver aquí?

-No temas, todo estará bien. -sujeto mi mano apretando suavemente. -Estoy contigo.

El que esté Marie en esta ocasión, todo lo hace muy diferente. El nudo en la garganta, no lo hacía más fácil. No podía describir lo que sentía en este momento.

-No me dejaron atrás, ellos sí regresaron. -susurre limpiando las lágrimas que comenzaron a deslizarse por mi rostro. Ya no estaba tan sola.

Ellos comprenden mi dolor.

Tormenta Black #1 Cristal RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora