Los Nuevos Jinetes // COMPLETA

43. Que empiece el show.

Adam's POV/ Una hora antes del show

Hayden me dio la vuelta y me acomodo la corbata, Ann roció algo en mi cabello para que la otra chica me lo acomodara.

— Quítense, mujeres. Esto es cosa de hombres.

Ean apartó a las dos chicas y me acomodo el saco, tomó un perfume de la mesa y me lo puso.

— Mi niño ya creció. --- Ean se limpió una lagrima imaginaria.

— No puedo creer que esté apuntó de hacer esto.

Me rasque la nuca nervioso, esto definiría mi vida como nada más lo haría. Me paré frente a mi hermana y la mire a los ojos. Hayden sonrío, era la sonrisa más real que le había visto, se acercó más a mi y me abrazo fuerte.

— Es la mejor cosa que podrás hacer en toda tu vida. Adam — se separó de mi — Te amo, hermano.

— Te amo, hermana. — repetí besando su frente.

Me aparté de la chica y abrace a la pelirroja.

— Chris. — susurró. --- Eres como mi mejor amigo, como mi padre, mi hermano, mi todo.

--- Annie, no me voy a morir. Solo me voy a c...

—Adam — la cara de Josh apareció en la puerta. — Ya es hora.

Camine hacia la puerta con paso decidido acomodándome el saco nervioso, antes de salir de la habitación mire hacia atrás. Ann estaba abrazando a Ean con una sonrisa, Ean enredaba su mano en el cabello de la chica, más a la derecha estaba Hayden, habíamos acordado que entre nosotros seguíamos siendo hermano, igual, quién iba a saber que no lo éramos. Y a mi lado estaba Josh, mi mentor, mi padre, mi hermano, parte de mi todo.

— ¿Todo bien? --- preguntó.

— Todo perfecto. — lo abrace.

Esos cuatro chicos eran mi todo. Siempre han sido parte de mi familia, siempre me han apoyado, he vivo con ellos desde los 18 y ahora tengo 25, vaya que han  pasado los años.
Seguirán formando parte de mi vida,
aunque no lo quiera. Pase lo que pase seguimos siendo niños de la calles, después de todo esto no tendrán a donde ir.

Camine junto a Josh dando saltos, acomodadome el cabello y jugando con mis manos, hasta llegar a una puerta, fuera no se escuchaban muchos gritos, ni trastes tirándose, nada que diera a entender que estábamos en la cocina de uno de los mejores restaurantes del mundo, pero esto era Francia no México.

— Suerte. — el chico me palmeo la espalda. — Esperamos tu señal.

Asentí y me despedí de él. Salí a la cocina, en esta todo estaba en orden, mire a todos los lados preguntándome en donde estaba la chica del cabello de fantasía.

—Excusez-moi, savez-vous Mademoiselle, Salvatore?

— ¡And! — gritó el chico. — Te buscan.

Genial, habla español.

— ¡Adam! — gritó una voz aguda a mis espaldas, lo que me hizo darme la vuelta. — Apresúrate. Ten — me dio cosas de mesero. — Ahora ve allá y conquístala.

— Pero...

— Nada de peros. — dijo empujándome hacia la puerta para salir. — Tu hermana ambientará con violín.

— Gracias.

Le sonreí a la chica mientras ella me devolvía la sonrisa y cerraba la puerta a mi espaldas.

El lugar era hermoso, nunca había visitado París y nunca me hubiera imaginado estar en uno de los mejores restaurantes de la ciudad en la cima de la torre Eiffel. Recorrí todo el lugar con la mirada, había familias celebrando algo importante, grupos de amigos divirtiéndose y parejas enamoradas, pero no veía a la chica de cabello rubio. En algún lugar del restaurante alguien veía las noticias locales para extranjeros, las cuales tenían reporteros estadounidense y españoles.