Idiota, te ganaré. (COMPLETA)

Capítulo 7

Peleas y broncas:

Poco a poco voy abriendo los ojos. Miro alrededor pero no consigo acordarme de dónde estoy.

Rayos, no recuerdo absolutamente nada.

Me levanto con cuidado debido al intenso dolor de cabeza y me doy cuenta de que me faltan los pantalones. Alarmada miro a todos los lugares de la casa hasta que los encuentro en un rincón con más prendas de ropa.

¡Ya recuerdo por qué! Anoche hacía calor y me los saqué.

Poco a poco voy recordando muchas cosas, como por ejemplo que estoy en la casa de un tal Francisco. ¿Y los demás?

—¿Quién eres tú? —escucho a mi espalda. Al girarme para ver de qué persona proviene esa voz veo a una chica pelirroja, ojos claros, alta y muy guapa.

—Eh...Hola, soy Rebecca.

—¿Y qué haces en la casa de mi novio?

—Me quedé dormida en la fiesta, cuando encuentre a mis amigos me voy.

—Búscalos rápido y lárgate, estúpida —dice con tono de superioridad.

¿Se ha atrevido a llamarme estúpida?

—¿Qué dices, subnormal? —espeto asqueada.

—Que te largues ya, idiota.

—A mí nadie me llama idiota, idiota —digo y me abalanzo sobre ella. Inmediatamente mi puño va directo a su cara. Tener hermanos te ayuda mucho para estos casos.

Esta retrocede y chilla de dolor tocándose la parte herida.

—¡Serás zorra! —berrea y comienza a estirarme del pelo.

—¡Zorra tu abuela! —le grito de vuelta.

Iba a pegarle otro puñetazo, pero alguien me rodea por detrás y me aleja, haciendo que suelte a la niñata y se largue chillando "Francisco, ayúdame".

Será estúpida.

—Becca, cálmate —por la voz reconozco que es Arnau—. ¿Estás bien?

—Sí, sólo me ha hecho un par de arañazos —digo girándome para mirarlo—. ¿Has visto cómo pelea? Se nota que es hija única —rio y él me secunda.

—Por cierto, ¿dónde están todos?

—Ni idea, pero será mejor que empecemos ya a buscarlos. Después de lo que he hecho, dudo que Francisco esté muy contento.

—Yo busco por aquí abajo, tú ves arriba.

Subo las escaleras y abro la primera puerta.

Ojalá nunca lo hubiese hecho, había un chico y dos chicas desnudos.

Iugh.

Abro la segunda puerta y no veo a nadie.

Después de abrir unas cuantas puertas y ver a mucha gente haciendo cosas raras como dormir en la taza del váter, a lo lejos veo a los chicos venir hacia mí.

—Menos mal, me estaba traumatizando —digo y los abrazo.

—Anda, vámonos —dice un chico cogiendo por la cintura a Mika.

—¿Y tú quien eres? —pregunto.

—Sebastián Castellar, el novio de esta preciosidad —dice intentando besarla, ella se aparta y le pega en el brazo.

—Ni lo sueñes.

—Vale, Sebastián... ¿Y tú quién eres? —pregunto dirigiéndome ahora a otro chico.