Capítulo 5

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Venganzas:

Estoy en una tienda para comprar mis libros y el material para el curso.

Estamos todos; el tío Jack, la tía Evelyn, Elisa, Ashton, Jacob, Damien y yo. Después de desayunar, Richelle y Adrián se fueron. Tuvimos un desayuno un poco tenso. Ellos no paraban de echarnos miradas llenas de odio, y nosotras no nos quedábamos detrás. Pero eso sí, cuando llegaron los tíos tuvimos que disimular.

No creo que escucharan los gritos anoche, si no, ya estaríamos más que castigados. Debían tener un sueño profundo.

—Becca, cariño, cógete el estuche que quieras. Vosotros también, miráis un poco y cuando ya os hayáis decidido venís para que lo paguemos. No tardéis —dice para después coger de la mano a su marido e irse por un pasillo de la gran tienda.

Los chicos iban a decir algo, pero no les damos tiempo y nos vamos por otro pasillo. Empezamos a mirar el material para el instituto, que empieza en cinco días.

Cinco días.

El verano pasa muy rápido, deberían dar opciones para reiniciarlo.

Diez minutos después estamos en la caja, para pagar.

Al subir al coche de siete plazas, Elisa y yo tenemos que ponernos detrás de todo, en el maletero. Los tres mosqueteros delante, Jack en el asiento del conductor y la tía Evelyn en el del copiloto.

Lo cierto es que hemos pasado toda la mañana en tiendas para comprar todas las cosas para el estúpido instituto.

Esperamos a que el tío Jack arranque, pero no pasa, y empieza a hablar.

—Niños, como ya es la hora de comer y no hemos preparado nada, iremos a casa de Oscar a comer.

—Por mí bien, papá —opina Ashton.

Y el tío Jack no espera a escuchar las opiniones de los demás, solo arranca.

(...)

Oscar vive en una casa bastante pequeña, con su mujer y su hijo recién nacido. James solo tiene seis días, son tan monos cuando son así...

Me acerco al bebé y lo miro fijamente.

—Me temo que tú también te convertirás en un orangután, es ley de vida. Primero sois así tan monos, pero después... Boom, unos insoportables —confieso mirando sus grises ojos, pero todos me miran muy mal, sobre todo la mujer de Oscar.

Nos sentamos todos ya para comer y como soy tan patosa, al coger el tenedor se me resbala de la mano y al caer choca contra el plato, haciendo un gran estruendo.

Inmediatamente el bebé James se despierta y comienza a llorar. La mujer de Oscar se levanta y se va, no sin antes darme otra mirada asesina y murmurar algo por lo bajo.

Cuando todos acabamos de comer llaman a la tía por una emergencia, que no nos quiso contar, y está en su derecho. A los pocos minutos, los tíos se fueron.

Nosotros no tardamos en irnos, ni loca me quedo allí más tiempo. Se nota que la mujer de Oscar me odia.

Al llegar a casa, los chicos se suben arriba.

Cinco adolescentes.

Solos.

Una casa para nosotros.

La que se va a liar...

—Seguro que van a preparar una broma... —le digo a Elisa mientras vamos a la cocina a por un vaso de agua.

—No lo creo. Si no nos han gastado una ya, dudo que lo hagan ahora —comenta segura.

(...)

2 días.

Idiota, te ganaré. (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora