Mackie al rescate:
—Necesito tu ayuda.
—¿Qué pasa? ¿Qué pasa? —pregunto alarmada corriendo hacia ella y poniéndome de rodillas a su lado.
Ella levanta la mano hacia su boca, y se gira para vomitar en la bolsa que tiene preparada.
Pongo una cara de asco gigante y me obligo a cerrar los ojos, o vomitaré yo también.
—¿Tienes un virus? —pregunto no muy segura en cuanto deja de vomitar.
Me mira con los ojos vidriosos y le paso un papel para que se limpie.
—No...no lo sé —baja la mirada hacia sus manos.
—¿Has tomado precauciones? —pregunto seria y me levanto.
—¿Qué? ¿De qué hablas?
—¿Has tomado precauciones? ¡Cuando tuviste sexo, maldita sea! —aclaro y sin controlarme lo digo chillando. Espero que no me hayan escuchado.
—Baja la voz —dice despacio y se levanta, quedando en frente.
—Responde —digo y me sorprendo, parezco autoritaria.
—Hubo veces que sí...pero no siempre —se limpia una lágrima y me mira entristecida.
—Mierda —digo y me tapo la cara pensando.
—Acompáñame...por favor. —suplica.
—¿Adónde? —pregunto confundida.
—A por un test de embarazo —responde segura, y se limpia la cara, aparentando que la duda no la está destrozando.
Suspiro y llamo a Mackie, para ver si nos puede llevar.
—Prepárate, en cinco minutos estará aquí —la aviso y asiente. Se suena la nariz y se coloca bien la camiseta.
—Es mejor que te la cambies...por el olor y eso —digo nerviosa y sin decir ni una palabra, se cambia de ropa.
Cojo el peine que tiene encima del escritorio y me tomo la libertad de peinarme con él.
Bajamos una al lado de la otra y nos encontramos a Ruth y Adrián a los pies de la escalera.
—¿Qué hacéis aquí? —pregunto confundida.
—Esperando a que tus hermanos vengan. Vamos a echarnos unas partidas —dice Adrián y Ruth pone los ojos en blanco.
—¿Dónde vais chicas? ¿Puedo ir, si no os importa? Seguro que ir con vosotras es mejor que verlos discutir en frente de la pantalla —dice y miro a Eli, para que ella decida. Mira hacia sus manos, seguramente pensando.
—Claro, puedes venir —dice y Ruth la mira extraño.
—¿Estás bien? Te noto rara.
—Vamos —digo al escuchar el ruido del claxon y las cojo a cada una de un brazo para sacarlas de allí antes de que se cree mucha tensión.
Mackie al vernos baja de su coche y se acerca.
—Hola —saluda abrazándonos.
—Ella es Ruth, una amiga —le digo y Mackie y sonríe.
—Yo soy Mackenzie, pero puedes llamarme Mackie —Ruth asiente y subimos las cuatro al coche. Elisa de copiloto y yo detrás, con Ruth.
—¿Dónde vamos? —pregunta Mackie.
—A la farmacia. Siento si esto te parece una tontería, pero no teníamos a nadie que nos llevase y esto para mí es importante —Elisa tiene los nervios a flor de piel y Mackie le sonríe con ternura.
—Elisa, cielo, te ayudaré en todo lo que pueda —le sonríe y Eli asiente agradecida.
Ruth las mira con el ceño fruncido pero no hace preguntas.
—¿Quieres que baje yo? —pregunta Mackie en cuanto aparca el coche.
—No sé...
—¿Qué necesitas? Bajo yo.
—Eh...un...Un test de embarazo. —su cara se torna roja y Mackie abre mucho los ojos.
—¿Qué?
—Yo...
—Ahora vuelvo —asegura cogiendo la cartera de la guantera.
Cuando Mackie se va, las tres nos quedamos en silencio.
—¿Es de Chad? —pregunta Ruth y oigo a mi prima suspirar.
—Sí, sólo lo he hecho con él...
Un par de minutos después, Mackie vuelve a aparecer.
—¿Dónde vas a hacértelo? —pregunta Ruth incómoda.
—Tenía pensado en casa, pero con todos allí...
—Puedes venir a mi casa —ofrece Mackie.
—¿En serio? No quiero molest...
—No seas tonta, en marcha.
—Becca, yo tengo que ir a vuestra casa, que tengo que estar con Adri —dice y miro a Mackie para saber si la ha escuchado. Cuando asiente, me da a entender que si que la ha oído.
Sé que a Ruth esta situación le resulta incómoda, y no la culpo. A penas nos conocemos...
(...)
—Estoy muy nerviosa... —dice Elisa sentada en la taza del váter.
—Yo también, imagínate —le digo y sonríe.
—¿Estás preparada? —le pregunta Mackie.
—Sí...preparada —le paso el test y salimos para darle algo de intimidad.
—¡Ya está! —grita Eli al cabo de unos minutos y las dos entramos corriendo otra vez en el baño.
—Madre mía... —susurro y mis nervios aumentan con cada segundo de espera.
—¿Qué creéis que será? —pregunta mi prima en voz bajita.
—Lo primero, Eli. Si es que no, no importa. Sigue con tu vida normal y corriente. Pero si es que sí, quiero decirte que te ayudaré en tu nueva etapa. Recuerda que yo ya he pasado por eso una vez.
—Os quiero chicas —asegura. Se está poniendo muy sensible.
—También te queremos —la abrazo para darle fuerzas.
—¿En cuánto estará eso? —pregunta Elisa.
—Creo que ya tiene la respuesta —dice Mackie y la miro abriendo mucho los ojos.
—Pues... a mirarlo —susurra con una sonrisa forzada.
—¡Cariño! Ya estoy en casa —grita Ty y miro a Mackie con una sonrisa traviesa mientras ella se pone colorada.
—Ahora vengo, esperad —dice muerta de vergüenza. En un minuto vuelve a venir —. Lo he mandado a comprar tampones, eso lo mantendrá ocupado por un largo rato —dice y rio.
Elisa coge el test con las manos temblorosas y lo mira.
—Joder... —pronuncia muy despacio—. Estoy embarazada.
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Idiota, te ganaré. (COMPLETA)
Teen FictionLos secretos que la familia de Rebecca Miller tanto intenta esconder se ven amenazados cuando ella y sus hermanos deben irse a vivir a España con sus tíos. Los secretos corren peligro, pero, ¿podrán guardarlos?