Despedidas:
Los rayos del sol que entran por la ventana consiguen despertarme. Parpadeo para adaptarme a la luz y cuando lo he conseguido, miro la hora. Son las cinco de la tarde.
De repente, los recuerdos de la comida vienen como flashes a mi cabeza atrayendo así, un leve dolor a esta. Me froto la cara frustrada y al hacerlo, me doy cuenta de que está pegajosa. Así que lo primero que hago es levantarme de la cama para ir al baño y lavarme la cara. No puedo creerme que mañana tenga que viajar a España. Simplemente no quiero creerlo.
Tendré que alejarme de todo, y cuando digo todo es todo.
Mis tíos Jack y Evelyn tienen dos hijos los cuales sólo hemos visto un par de veces en vacaciones. Me acuerdo de que Elisa, mi prima, tiene 16 años al igual que yo, pero su hermano Ashton no me acuerdo. Y...
—Becca, ¿has hecho ya tus maletas? —interrumpe Damien mis pensamientos.
—No, Damien, me he quedado dormida —comento mientras me seco la cara con la toalla del lava manos.
—Pues será mejor que te apures, después no tendrás tiempo, hermana.
—¿Tú ya lo has empaquetado todo?
—No, me faltan un par de cosas pero tengo que mear. Así que por favor apártate de la puerta —pide mientras me aparta a empujones para poder entrar y cerrarme la puerta en las narices.
Damien tiene razón. Vaya, nunca pensé que diría esa frase, si soy sincera.
Ando por el pasillo para ir a mi habitación, pero antes tengo que pasar por la de los idiotas, así que me asomo para ver qué hace Jacob. Y cómo no, me lo encuentro jugando a la Play. Este niño...
Pero si no hace las maletas a lo mejor perdemos el vuelo así que lo dejo allí para ir a hacer las mías. En caso de que no perdamos el vuelo quiero tener todas mis cosas.
Una vez dentro de la habitación cierro la puerta detrás de mí y pongo música en mi móvil.
Debajo de mi cama están todas las maletas y creo que me harán falta todas. Cuando ya las he puesto encima de la cama, escucho un ladrido detrás de la puerta. Abro la puerta y Gus salta hacia mí.
—¡Gus! ¿Qué tal chico? —hablo con el perro. Sí, lo sé, un poco raro, pero me gusta mucho.
—¡GUS! ¡VEN AQUÍ! ¡TIENES QUE DARTE UN BAÑO! —escucho que alguien grita. Pero con la música y sus ladridos no puedo diferenciar quién es.
Papá aparece por mi puerta con la cara un poco roja de correr por toda la casa detrás de Gus.
—Aquí estás, Gus —dice papá aliviado y el perro empieza a ladrar otra vez. Como se da cuenta de que él no puede calmar a Gus, se va a llamar a alguno de los gemelos.
Yo me pongo a sacar toda la ropa del armario para meterla en las maletas. Gus coge una zapatilla vieja de debajo de mi cama y empieza a mordisquearla. Me da igual, esa zapatilla ya no tenía pareja...
Unos minutos después aparece Jacob para llevarse a Gus, que por cierto le hace caso a la primera.
Dos horas después ya tengo toda la habitación empaquetada. Solo quedan los muebles vacíos y mi cama, entonces me tumbo en esta rendida.
Mamá aparece por la puerta sin tocar, como siempre.
—Cariño, papá y yo vamos a salir a compararle un transportador nuevo a Gus para mañana.
—Esta bien, mamá... —digo un poco molesta aún.
—Cariño, no estés triste, os llamaremos de vez en cuando y en vacaciones podréis venir. Ahora, llama a tu amiga esa... ¿Cómo se llama?
—Peyton, se llama Peyton.
—¡Esa! Llama a Peyton y pregúntale si quiere venir a cenar para despedirse, y después vete a mirar qué hacen tus hermanos —dice para después irse por donde ha venido.
Sigo sus ordenes. Marco el número de Peyton y se lo suelto. Ni siquiera sé si me ha entendido todo, pero por su tono de voz triste, me da a entender que sí me ha entendido. Dice que en cuanto termine el recado con su madre vendrá aquí sin dudarlo y se lo agradezco.
Después de colgar, voy a ver qué hacen Jacob y Damien.
—¿Qué pasa, Becca?
—Mamá y papá se han ido a comprar un transportador, me imagino que también se habrán llevado a Gus. Me ha dicho que mire lo que estáis haciendo —comento entrando en su habitación.
Su cuarto tiene una litera y un armario gigante para los dos. Siempre he envidiado su armario, lo admito. Básicamente, su habitación es como la mía, pero al cuadrado.
Jacob está tumbado en su cama con el móvil y se dedica a ignorar mi hermosa presencia.
—¡Hey! ¿Con quién hablas? —pregunto mientras me tiro a su lado.
—No te importa.
—¡Claro que me importa! ¿Con quién hablas? —intento volver a mirar pero apaga el móvil impidiéndomelo.
—Se está despidiendo de Katta.
—¿No sabes estar callado, idiota? —espeta fulminando a su gemelo.
—¿Quién es Katta? —pregunto ahora yo.
—Es su ex novia, acaban de romper... —me explica Damien y abro los ojos de par en par.
—¡Cállate! —grita Jacob para ir corriendo hacia él y empezar una pelea. Pienso en intervenir pero escucho el timbre, así que bajo para ver quién es.
Cuando abro la puerta alguien me abraza y empieza a llorar. En seguida la reconozco; Peyton.
—Pey, tranquilízate. Ven, siéntate en el sofá y hablamos —intento que se siente para poder despedirnos y hacer que deje de llorar —. Peyton, en serio tranquilízate. Seguiremos manteniendo el contacto, te llamaré a menudo.
Ella sigue llorando. Lo de hacer que las personas no lloren no es lo mío...
—Te... echaré mucho... de menos —anuncia mientras llora. A penas se le puede entender.
—Yo también. Pero te prometo que nuestra amistad nunca se romperá por la distancia. ¿Está claro?
—Eso espero, si no tendré que ir a España a estirarte de las orejas —bromea ya más calmada. Sonrío —. Becca, no puedo quedarme a cenar, solo venía a despedirme y a darte esto.
Veo como se mete la mano en el bolsillo y me da un colgante en forma de corazón.
—No tenías por...
—Abre el corazón —me interrumpe.
Eso hago y al abrirlo me encuentro con un foto de las dos juntas. No puedo evitarlo y una lágrima cae.
—Es muy bonito, Peyton —digo mientras estiro mis brazos para abrazarla.
No sé cuánto rato estuvimos abrazadas llorando en el hombro de la otra. El timbre nos interrumpe haciendo que nos levantemos para abrir.
—Becca, ya me tengo que ir. Te quiero muchísimo —dice mientras me da un beso en la mejilla.
—Yo también te quiero muchísimo, Pey —abro la puerta y me encuentro a una niña de unos 13 o 14 años. Peyton sale de casa.
—Adiós —susurra antes de salir corriendo. No puedo evitar sentirme triste.
—Hola —saluda la niña de ojos azules y rubia. Es bastante alta y blanca.
—Hola, ¿quién eres?
—Soy Katta Thompson, vengo a despedirme de Jacob y Damien. ¿Eres su hermana mayor?
—Así es, así que tu eres su novia... —digo en un susurro, dudo que me haya escuchado —. Pasa, están en su habitación.
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Fin del cap. Espero que os guste. Comentad y darle a la estrellita, amores.BECCA EN MULTIMEDIA.
Byyee <3
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Idiota, te ganaré. (COMPLETA)
Novela JuvenilLos secretos que la familia de Rebecca Miller tanto intenta esconder se ven amenazados cuando ella y sus hermanos deben irse a vivir a España con sus tíos. Los secretos corren peligro, pero, ¿podrán guardarlos?