¿Pero qué carajos?:
—Es precioso —digo mirando asombrada el parque.
Tyler nos ha traído a un lugar maravilloso, lleno de fuentes y jardines con todo tipo de flores.
—¿Os gusta? —pregunta, pero sólo mira a Mackie. Ella dice que sí varias veces con la cabeza y una sonrisa tonta aparece en sus rostros.
—Planeta Tierra llamándo a Tyler y a Mackenzie... —dice Elisa y ellos vuelven a prestarnos atención.
—¿Vamos allí? —sugiere Ty y aceptamos.
Cuando nos acercamos al centro del jardín, vemos un corazón formado por pétalos de rosas rojas y blancas, en una perfecta combinación. El nombre de Mackie está en el centro y ella abre mucho los ojos. Es cuestión de segundos que dos hombres con traje aparezcan con un violonchelo cada uno y empiecen a tocar una melodía maravillosa. Mackie sonríe y mira a Ty con los ojos vidriosos, y este en seguida se arrodilla en frente de ella.
—Mackie... ¿Recuerdas el primer día qué nos conocimos? —pregunta nervioso.
—Sí... Fue cuando estabas bajando las escaleras de la universidad, al final acabaste rodando —ríe al recordarlo y Ty sonríe al escucharla.
—Exacto. Desde ese día, por muy raro que parezca, supe que no podría estar separado de ti. Te amo, pequeña. Poco a poco me has enseñado a amar y dejarse querer. Dicen que algo como esto solo se siente una vez en la vida, que cuando llega el verdadero amor, se nota. Confirmé mis sospechas hace mucho tiempo... Te adoro irremediablemente y no voy a luchar contra ello. Me encanta todo de ti, por dentro y por fuera. Así que, quería preguntarte algo... ¿Te quieres casar conmigo? —cuando Tyler acaba de hablar, se me acelera el corazón. Se nota que la ama muchísimo. He sentido cada una de sus palabras como si me las dijera Arnau y tengo la piel de gallina.
—Sí, sí, sí. Claro que quiero —dice llorando de felicidad como una magdalena y Ty se levanta y le da un bonito beso. Ambos se abrazan y miro a Elisa, que también me mira. Nos abrazamos y reímos.
—Enhorabuena, que seáis muy felices —les digo acercándome a ellos y sonríen.
—Exacto, parejita —me respalda Eli.
—Muchísimas gracias, chicas —dice Mackie entusiasmada.
—Becca, Elisa, os he traído aquí este día porque os habéis convertido en personas muy especiales para nosotros, y quería que estuvieseis presentes en el mejor recuerdo de nuestra vida —dice y sonrío mientras lo abrazo.
—Cuando sea la boda, puedes traer a tu novio. Debo saber si es bueno con mi enana favorita —dice sonriéndome y le devuelvo el gesto.
Ellos dos también se han convertido en personas realmente importantes para nosotras. Por el momento, son mi ejemplo a seguir. Dos grandes luchadores.
—Loren nos está esperando en casa con Ian, ¿vamos? —le pregunta Ty pasándole un brazo por la cintura.
—¿Ian en casa? —pregunta Eli extrañada.
—Sí, ya sabes, como él está encarcelado... —le responde Mackie con cuidado sin mirarla.
El tema de su padre es muy delicado, y no creo que debamos hablar sobre eso.
—Oh... ya.
—¿Queréis venir? Ian tiene muchas ganas de veros —propone Ty.
Elisa y yo nos miramos y ambas nos encogemos de hombros. Una llamada nos interrumpe, y cojo el móvil para contestar.
—¿Qué pasa, Fran?
—Hola a ti también —dice y apostaría lo que fuese a que ahora esta rodando los ojos.
—Hola. ¿Qué pasa? Es raro que me llames.
—Estoy en tu casa. Papá dice... -se para y sé que se le hace difícil llamarlo 'papá'—. Que mañana deben irse. Quiere dar una fiesta para despedirse.
—¿Mañana? Vaya.
—Sí. ¿Elisa y tú podéis venir o no?
—Eh... sí. Pero estamos con Mackie, tardaremos un poco —digo y se escuchan ruidos de la otra línea.
—¡Dile que venga Mackie! —escucho gritar a la tía Evelyn y rio. Elisa me mira extrañada y sé que quiere que le diga lo que está sucediendo.
—Ya la has oído —dice Fran.
—En un rato estaremos ahí —concluyo y cuelgo—. Mackie, Tyler, estáis invitados a una cena para despedirse de mis padres. La tía Evelyn quiere veros.
—También irá Ian, no podemos dejarlo solo. Loren se irá en quince minutos —avisa Mackie y asiento.
(...)
Toco el timbre y espero a que abran mientras Ian me da la mano.
Es adorable...
—¡Hola! —abre mamá y nos recibe a todos con un cálido abrazo.
—¿Es tu hijo? —pregunta la tía Evelyn acercándose y Mackie asiente sonriendo—. Tenéis un hijo precioso —les dice a Mackie y a Ty.
No le ha contado que en realidad su hijo es de su marido... Y lo respeto totalmente.
—Venga, entrad —dice mamá.
Vamos al salón y me encuentro a Fran, que se acerca a mí en seguida.
—Menos mal...no conocía a nadie —dice exasperado y me rio de él.
—¿Es tu novio? -me pregunta Ian y Fran y yo nos miramos con asco. ¿Novia de Fran? Ni por un millón de dólares.
—No somos novios, somos hermanos —explica Fran y Ian asiente.
—Yo soy su novio —dice una voz muy familiar a nuestras espaldas.
Se acerca a mí y me da un beso en la mejilla.
—¿Cómo te llamas? —se interesa Ian.
—Arnau —le responde con una sonrisa amable.
—Cómo le hagas llorar a mi amiga Becca me chivaré a Tyler y te hará pupa —le dice Ian intentando sonar amenazante y Arnau se sorprende. En seguida Fran y yo empezamos a reír a carcajadas y cojo a Ian en brazos para repartir pequeños besos por su mejilla.
—Comprendo. Tranquilo, sargento, no le haré daño.
—Vamos a jugar a los cawboys —dice ilusionado el pequeñín y arrastra a Fran y a mi novio a alguna parte de la casa.
—Hola, Becca. ¿De cuál de todos los hermanos eres? —me pregunta una señora de unos 60 años, aproximadamente.
Jamás la había visto en mi vida.
¿Pero qué carajos
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Idiota, te ganaré. (COMPLETA)
Ficção AdolescenteLos secretos que la familia de Rebecca Miller tanto intenta esconder se ven amenazados cuando ella y sus hermanos deben irse a vivir a España con sus tíos. Los secretos corren peligro, pero, ¿podrán guardarlos?