Los secretos que la familia de Rebecca Miller tanto intenta esconder se ven amenazados cuando ella y sus hermanos deben irse a vivir a España con sus tíos. Los secretos corren peligro, pero, ¿podrán guardarlos?
—¿Qué hora es? —murmuro con voz ronca sin abrir los ojos.
—Siete de la mañana. Date prisa, que en tres horas tenemos que estar preparados —avisa y me da un pequeño beso en las comisuras de los labios. Abro poco a poco los ojos y le sonrío.
—Te amo —le susurro.
—Te amo más —asegura y le robo un pequeño beso.
Me levanto perezosa de la cama y en seguida me meto en la ducha.
—¿Dónde está tu peine? —me pregunta Elisa y saco la cabeza de la ducha.
—¿Cuándo has entrado? —pregunto frunciendo el ceño.
—Ahora mismo. Deberías cerrar con pestillo —dice riendo y chasqueo la lengua.
—Cierto. En el segundo cajón —le digo contestando a su pregunta.
Asiente y minutos después sale del baño para prepararse.
Elisa ya está de cinco meses, y su embarazo va a la perfección. Mi sobrinita es una gamberrilla, pero estoy deseando tenerla ya en mis brazos.
Termino de ducharme y voy a la habitación con una toalla enrollada en el cuerpo.
—Hola, guapo — saludo a Arnau al entrar con una sonrisa de oreja a oreja.
—Qué sexy... —susurra en mi oído y me acaricia mi hombro. Mi vello se eriza al sentir su tacto. Río un poco y me aparto; hay una boda que celebrar.
(...)
—¡Estás guapísima! —le digo a Eli en cuanto nos reunimos en el salón. Lleva puesto un vestido preciosísimo, marcando su ya notoria barriguita.
—¡Tú también! —me alaga y sonrío.
Llevo un vestido blanco que se ciñe a mi cuerpo, marcando mis curvas. Y Arnau lleva un traje que compramos la semana pasada y un anillo que le regalé cuando hicimos tres meses de novios.
—En marcha, señoritas —dice Arnau y entrelazamos nuestros brazos. Salimos de casa y nos acercamos al coche de la tía Evelyn.
—¿Preparados? —pregunta la tía alegre y Elisa asiente.
Ella está invitada a la boda, pero no puede dejar el negocio solo así que simplemente nos llevará a la iglesia.
—Nacimos preparadas —aseguro.
—Venga, subid. Os llevaré y me iré corriendo a la pastelería —dice deprisa y subo detrás con mi novio.
Al cabo de media hora, nos sentamos en uno de los bancos de la iglesia, junto con los demás invitados. Tyler está impresionante, y se nota que está muy nervioso.
En seguida empieza a sonar una hermosa melodía con el piano, señal de que la novia va a entrar. Todos nos ponemos en pie. Mackie va caminando lentamente hacia el altar, agarrada del brazo de Marcus, su hermano.
Sonrío al verla, está preciosa. Cuando nos ve sonríe y Eli levanta el pulgar.
Después de un rato, Ian entrega las alianzas.
—Ya puedes besar a la novia —anuncia el cura y se dan un tierno beso. Todos aplaudimos y hago todo lo que puedo por retener las lágrimas.
Inmediatamente cojo a Arnau de la mano y me acerco a Mackie y a Ty, para darles un abrazo de enhorabuena.
—Ahora a por los bebés —bromea una chica muy parecida a Ty y ellos dos ríen.
Nos alejamos un poco para dejar que los demás los abracen y saco el móvil para hacer algunas fotos.
—¿Os saco una? —pregunta Eli y Arnau asiente—. ¡Sonreíd!
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—Me la voy a poner de fondo de pantalla —avisa y lo beso.
(...)
Nos sentamos todos para comer en el gran banquete. Se nota que se han esmerado mucho para que todo esté perfecto.
—¡Vivan los novios!
—¡Viva! —gritamos todos y Mackie y Tyler se besan después de varias peticiones.
—Voy al servicio —aviso y Elisa me mira. Le sonrío y me levanto.
—¿Dónde están los baños? —le pregunto a una de las camareras.
—Primera puerta a la derecha —avisa y asiento.
Entro en el de señoras y me miro en el gran espejo.
He cambiado mucho en comparación a cuando vivía con mis padres. Allí tenía a Pey, pero no tiene nada que ver con mis mejores amigas de aquí. Sigo manteniendo el contacto con Pey, nos llamamos una vez a la semana.
Hace cinco meses que no veo a mis padres, pero llaman de vez en cuando.Mis hermanos mayores vinieron a visitarnos hace un par de meses, y fue fantástico.
La pandilla sigue unida, bueno, todos menos Chad. Al acabar el instituto hace unas semanas decidió irse a vivir a otro continente. Creo que el motivo es la muerte de su madre.
Elisa ya no está enamorada de él, lo ha superado.
Richelle sigue con Rafa, y pronto se mudarán a un apartamento de alquiler para vivir juntos mientras empiezan como universitarios.
Mis hermanos siguen solteros, y tan pesados como hace cinco meses.
Arnau y yo nos complementamos a la perfección. Y sinceramente, no sé que haría sin esta pandilla de locos que me gusta llamar amigos.
Sonrío ante mi reflejo en el espejo y salgo. Cuando veo a Arnau, lo abrazo fuerte.
Está claro, nuestros destinos están escritos. Y al principio no entendía por qué tenía que irme a vivir a España, pero ahora lo comprendo.
Me duele pensar que si no hubiese venido, jamás los habría conocido. Me quito esos pensamientos en seguida de la cabeza y sonrío al chico que tengo en frente. Sonrío al hombre que me tiene tan loca.
Amo a cada una de las personas de nuestro grupo. Amo a nuestra alocada pandilla.
