Capitulo 10

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Capitulo  10

La brisa de mar me alivió bastante. Era cálida y purificadora para mis pensamientos. De pronto llegó a mi una pequeña niña que había visto hoy en el mercado. Me dio una maceta con una planta muy bella. Según lo que entendí era para el amor. La dulce pequeña me la dio y rápidamente se fue. Dijo que era para mi novia, la chica que había visto hoy. De seguro debe haber pensado que era Jan Di… Ojalá fuera así!

Seguí caminando hasta bajar a la playa. No se por cuanto permanecí allí, pero por mucho rato.

De pronto, vi a Jan Di aparecer por el muelle, venía sola. Caminó lentamente hasta llegar a mi lado y se quedó en silencio ahí. Después de un rato, comenzamos a conversar. Jan Di comenzó a preguntar por Seo Hyun y mi viaje a Paris. Al fin y al cabo, nunca le había dicho que había ocurrido que me había devuelto tan pronto y sin explicación. Ella comenzó a hacer preguntas. Decidí contarle la verdad. Ella me miraba mientras yo narraba la historia. Sus ojos me miraban de una forma extraña, lo podía percibir. Finalmente, tomé la maceta que me había dado la dulce pequeña y extendí mi mano a Jan Di para dársela. No le estaba confesando mi amor con palabras, pero eso lo decía todo. Ella me dijo que sabía que esas flores debía dárselas a quien uno amaba. Como esperaba, las rechazó porque me dijo que no eran para ella, sino para Seo Hyun. Cuan equivocada estaba!

Desde ese momento, la relación entre Jan Di y yo cambió totalmente. Pude mirar en sus ojos y noté que ella sentía algo por mi. Eso me alentó. La sostuve fuerte del brazo y la jalé hacia mi cuerpo, para rodearla con mis brazos. Deseaba tanto tenerla entre mis brazos. 

Ella no me rechazó. Al contrario, me rodeó con sus brazos amorosamente y hundió su cabeza en mi pecho, como que hubiera estado esperando eso desde que me conoció. Ese fue el instante preciso en que descubrí que Jan Di si sentía algo más por mi que tan sólo amistad. Podía percibirlo en cada gesto de ella. Cómo no lo había notado antes? De verdad había sido un estúpido! Nos quedamos no se por cuantos minutos abrazados. Creo que ella no se quería separar de mi, ni yo tampoco de ella. Era la sensación más agridulce que he tenido en mi vida. A pesar de sentir su calidez y su amor por mi en ese inocente abrazo, dolía. Dolía muchísimo! El dolor era porque no podía tenerla, porque era la novia de mi mejor amigo y porque ella me correspondía.

Poco a poco nos fuimos separando y nos miramos a los ojos. Podía ver la culpabilidad en sus ojos. Podía ver también que había deseado tanto ese momento como yo. Y podía ver lo mal que se sentía al traicionar por dentro a Jun Pyo. Sin decir una palabra, ella se retiró rápidamente.

Yo me quedé sentado sólo y muchísimo más confundido que antes. Al parecer, el consejo de Sam esta vez no había dado resultado. 

Me puse de pie para volver a la casa. Tropecé con algo en la arena. Era una pulsera que había visto en la tienda. Me imaginé que debía ser de Jan Di. La recogí y me la amarré a la muñeca.

Al día siguiente nos levantamos todos temprano. Jugamos en la arena y muchas cosas más. En la tarde quería salir a andar en lancha. Estaba alistando una cuando Jan Di llegó a mi lado. La invité a subir conmigo. Ella aceptó. Disfruté como nunca esa tarde. Nos reímos mucho. Definitivamente estaba enamorado de esa chica y ella de mi. Estaba comenzando a jugar con fuego y en cualquier momento me iba a comenzar a quemar.

El día pasó rápido. Y lo disfruté mucho más que la tarde anterior. No quise llamar por teléfono a Sam. No quería contarle lo que estaba sucediendo. Cuando anocheció, me fui nuevamente a pensar a la playa.

Apenas llegué, Jan Di llegó tras de mi. Venía apresurada y con lágrimas en los ojos. Comenzó a hablarme apresuradamente y a disculparse. Al parecer se había enterado del compromiso de Seo Hyun con un político en Francia y se sentía culpable por haberme alentado a ir tras ella y por haberlo mencionado antes incluso que sucediera. Intenté no darle importancia al asunto. Al fin y al cabo, esa etapa de mi vida, había comenzado a cerrarla, gracias a ella. Pero me angustiaba verla llorar por mi. 

La tomé entre mis brazos nuevamente y así nos quedamos por un buen rato. Al parecer ella se estaba acostumbrando a mis abrazos y yo también. Se sentía tan bien tenerla acunada.

“Por favor! Dime que eres feliz! Que tratarás al menos de serlo!”, dijo de pronto ella sollozando en mi oído. Me eche hacia atrás para verla los ojos.

“Porque si no eres feliz… Yo tampoco lo seré!”, continuó diciendo. 

Después de eso, continuamos mirándonos en silencio. Pude ver que sus ojos me pedían a gritos un beso. Y yo, era lo que más deseaba en este mundo. Ahora si me iba a quemar. En ese momento, mi corazón latía a mil por hora. Intenté no pensar en nada más que en ese mágico instante. Cerré mis ojos y la besé suavemente en los labios. Ella se dejó besar. Sabía que lo deseaba tanto como yo. Nos quedamos así, saboreando ese fugaz destello de felicidad en nuestras vidas. 

Poco a poco separamos nuestros labios. En ese instante, vi de reojo que había alguien de pie a un par de metros de nosotros. Era Jun Pyo!!

Una avalancha de pensamientos llegaron sobre mi. Qué había hecho? Había besado a la novia de mi mejor amigo? Y él nos había visto? No podía ser eso más que una pesadilla? El corrió enfurecido a mi lado y de un golpe me lanzó al suelo. Permanecí ahí. Me sentí avergonzado y humillado. Podía escucharlo a los lejos que discutía con Jan Di, pero no reparé en sus palabras. La chica se fue de inmediato tras él. Me puse de pie y caminé a tientas a la cabaña. Me duché rápidamente y me metí en la cama. Apagué mi teléfono móvil y cerré los ojos. Quería olvidar todo lo ocurrido. Todo, excepto los labios de Jan Di sobre los míos.

A la mañana siguiente nos topamos con Jan Di en el desayuno pero evitamos cualquier clase de contacto. Los chicos me informaron que Jun Pyo había tomado el avión y se había ido a primera hora de vuelta a Seúl. Todos se preguntaban qué habría ocurrido pero nadie sabía, excepto Jan Di y yo. Pero ambos permanecimos en silencio, como cómplices de un delito.

Diario de un chico enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora