capitulo 15

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Al entrar a su casa, la nana de Sam me recibió aún mejor que ella. Me preguntó por qué hace tiempo no iba a la casa, que ya me estaban extrañando. 

“Nana, vamos a subir a mi habitación!”, dijo Sam autoritariamente. 

“OK, pero sólo si dejas la puerta abierta, ya conoces las reglas de tu padre.”, le respondió la mujer.

“Al carajo las reglas de mi padre! Pero… de todos modos, no pensaba cerrarla. Con Ji Hoo no tenemos nada que ocultar!”, respondió ella altaneramente y subió las escaleras. Yo en silencio la seguí.

Entramos en su habitación. Era toda en tonos lila, desde las paredes hasta las lámparas. Parecía un bosque en plena puesta sol.

“Te peleaste con tu padre?”, pregunté extrañado mientras me sentaba en un sofá de la habitación. 

“No… Es sólo que a ese hombre no lo soporto! Por eso quiero irme lo antes posible de aquí!”, dijo ella mientras se recostaba en la cama.

“Pero… puedo saber por qué?”, pregunté tímidamente. Ella suspiró profundamente. Parecía desganada.

“Mis padres estuvieron por 10 años separados porque él engaño a mi madre, pero ella con su gran corazón, lo perdonó y ahora tenemos que fingir ser la familia feliz de nuevo! Yo nací aquí en Corea, a mi padre lo enviaron a trabajar aquí. Él es diplomático. Después que nació mi hermana menor, mi padre comenzó a engañar a mi madre y la abandonó. Ahí fue cuando regresamos a Latinoamérica. Vivimos solas con mi madre por 10 años. Parece que después de eso, mi padre se cansó de sus jueguitos y regresó a pedirle a mi madre que continuaran juntos. Ella lamentablemente, lo aceptó de vuelta y aquí estamos nuevamente en Corea!”, agregó Sam.

“Y por eso le tienes tanto rencor?”, pregunté. Ella sólo asintió con la cabeza. “ Pero tienes ya de vuelta tu familia. Créeme, yo daría lo que fuera por tener de vuelta a mis padres conmigo, aún cuando estuviesen separados!”, dije tristemente. Sentía un poco de envidia sana por Sam.

“Por qué Ji Hoo? Por qué dices eso?”, me preguntó ella curiosa.

“Porque mis padres murieron cuando yo era un niño pequeño!”, respondí, mi corazón se había vuelto a apretar.

“Lo siento… yo no sabía…”, dijo ella mientras se levantaba de la cama y se acercaba hasta mi. Se sentó a mi lado en el sofá y me observó detenidamente.

“De verdad yo daría lo que fuera por tenerlos de nuevo conmigo…”, continué diciendo. Después de eso, le conté la historia del accidente de mis padres. La chica me miraba con cara de preocupación.

“Puedo ser tu familia?”, dijo Sam inocentemente cuando terminé de hablar. Tomó mis manos con las suyas. Me miraba con ojos tan dulces. Le sonreí. Ella me alegraba con cada comentario que hacía.

“Claro! Siempre quise tener una hermana!”, Tú serás mi hermana menor desde hoy!”, le dije y le sonreí. Le acaricié paternalmente el cabello. Ella me devolvió la sonrisa. “Me imagino lo duro que debe haber sido por lo que pasaste… Pero si quieres saber mi opinión, yo creo que tú si que eres valiente! Has salido delante a pesar de todo… De verdad que ahora te admiro aún más! Eres mi superhéroe!!”, terminó diciendo. Yo comencé a reir a carcajadas. Me parecía demasiado curioso lo que acababa de decir. Yo? Un superhéroe? Estaba lejos, muy lejos de ser uno! Ja j aja… De pronto, me miró fijo y se acercó a mi rostro. Aquello me intranquilizó un poco y dejé de reir. 

“Mira como tienes tu labio, todo hinchado aún!”, dijo Sam mientras me observaba detenidamente. Se puso de pie rápidamente y salió de la habitación. Llegó de inmediato con un vaso de agua y un calmante. “Tómate esto! El deber de una buena hermana es cuidar de su hermano!”, añadió mientras me extendía el vaso y el calmante. Yo sólo obedecí. Cuanto me encantaban los mimos de esa chica!.

Después de eso, nos llamó la nana de Sam. Bajamos a cenar con toda la familia. Ahí conocí a los padres de Sam. La madre era muy parecida a ella. Tenía el cabello cobrizo y ensortijado también. Se podía ver en su forma de hablar y preocuparse por sus hijas el inmenso corazón que tenía, definitivamente Sam lo había heredado de ella. Su padre era un hombre serio y cordial. Talvés había cometido errores en su pasado, pero pude notar que quería mucho a su familia y también a la madre de Sam. La hija menor de ellos, Sara, no dejaba de mirarme. Sabía que era de las chicas que alucinaban en la escuela con los F4 y aún no se convencía de que su hermana y yo éramos muy cercanos.

El padre de Sam sabía mucho de política, es por eso que supo de inmediato quien era yo. Sabía que era nieto del ex presidente y comenzó a preguntarme por él. Yo intentaba evadir las preguntas. Sam interrumpió de pronto.

“Padre, por favor deja de hablar un rato de política, si? Sabes que lo odio!”, dijo determinante.

“OK, mi pequeña, claro que lo se! Pero entonces, muchacho, cuéntame de ti! Qué te gusta hacer?”, cambió de tema el padre. 

Después de cenar, nos despedimos. Ellos me trataron muy bien y a mi me parecieron muy agradables. Sam salió a dejarme a la puerta de la calle. 

“Descansa! Hoy ha sido un día largo! Y ya sabes, cualquier cosa me llamas! No importa la hora!”, dijo finalmente Sam. Me acerqué a ella y la besé en la frente. 

Después de eso, me retiré a mi casa.

Así pasaban los días y mi corazón se alivianaba un poco más del dolor de haber perdido a Jan Di. 

Un día, nos reunimos de nuevo con Sam. Yo iría a su casa porque teníamos que ensayar la canción para el concurso. Estuvimos toda la tarde en eso, yo le corregía cualquier detalle, aún cuando no había mucho donde corregir. 

“OK, ya creo que fue suficiente! No quiero forzar mi garganta, debo cuidarla para el fin de semana!”,dijo Sam cuando ya terminábamos. “De verdad, la canción me gustó mucho ji Hoo… Es bellísima!”.

“Es cierto lo que te dije la otra vez… La escribí para ti! No quiero que nada ni nadie nos separe nunca más!”, dije mirándola fijamente a los ojos. Sin querer me ruboricé, aquello había sonado como una promesa de amor… Bueno en parte, lo era. Yo realmente quería a Sam muchísimo. Ella bajó la mirada y también se ruborizó. Dios Santo!! Qué estaba pasando? Por qué los dos nos ruborizábamos?... Aquello me intranquilizó aún más…

Sam intentó salir de aquella situación incómoda. Se puso de pie y se fue directo a una biblioteca que había en su habitación. Sacó algo y lo llevó a la mesa.

“Quieres que te vea la suerte?”, preguntó con un aire misterioso.

“Me encantaría! Yo también se hacerlo, lo aprendí de mi madre… Pero creo que ya lo olvidé por completo!”, dije y me acerqué a la mesa. La chica mezcló el mazo y luego me lo tendió, me pidió escoger tres cartas.

“Sobre que quieres saber?”, dijo ella seriamente.

“Mmm… Sobre dinero no, ya tengo. Sobre estudios, tampoco. Entraré a la facultad de medicina apenas me gradúe. Sobre amor… si… Quiero saber si, alguna vez encontraré a alguien que de verdad me quiera…”, dije un poco melancólico.

Sam dio vuelta las cartas. La primera que apareció fue… nuevamente los enamorados!! Por qué? 

“Es extraño… Las cartas dicen que ya encontraste a la mujer de tu vida… Es más, podría estar entre tu circulo cercano, pero… tú aún no la reconoces ni la aceptas… Te tomará algo de tiempo hacerlo, pero al final se ve felicidad. Si! Serás muy feliz con esa persona. Mira! Aquí al lado está la carta de El Sol! Ella te amará tanto o más de cómo tú a ella… Wow! Eso es bellísimo!... Te envidio!...”, dijo ella al final, un poco desanimada!

“Mi pelirroja bella! Ojalá sea así, de verdad me encantaría! Y también me gustaría que tú encontraras al amor de tu vida!”, terminé diciendo. 

Después de eso, se puso de pie y guardó las cartas. Yo me despedí de ella y me retiré a mi casa. Me acosté pensando en lo habían dicho las cartas… Qué al final me quedaría con Jan Di? Qué tal si regresara Seo Hyun? Estaba confundido… Pensando en eso me quedé dormido.

Diario de un chico enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora