Capitulo 7

961 62 0
                                    

Capitulo 7

El tiempo voló esa tarde. Con Samantha hablamos de muchas cosas. Me contó de sus pasatiempos y de sus proyectos a futuro. Realmente me entretuve a su lado.

“Así que piensas que puedo quedar entre los finalistas del concurso?”, me preguntó la chica entusiasmada.
“Me atrevería a decir que sí. La próxima semana debieran ya dar los resultados… Y qué piensas cantar si clasificas? Debes presentar una composición propia.”, agregué.
“No lo se… Tengo un par de canciones que he escrito, pero están en español… Creo que tendría que componer algo para la ocasión, aunque con los estudios y un trabajo de medio tiempo que debo conseguir, no se si pueda crear algo…”, respondió ella un tanto desilusionada.
“Si necesitas ayuda, yo podría escribir algo para ti. Me gusta mucho componer…”, añadí muy entusiasmado.
“Harías eso por mi? Sería un placer! Trato hecho entonces!”, dijo ella extendiendo su mano para estrechar la mía.
Luego me explicó lo del trabajo de medio tiempo que quería conseguir. Quería juntar dinero para en cuanto terminara la escuela, mudarse de la casa de sus padres y entrar a estudiar música al conservatorio. No quería vivir a expensas de sus padres toda la vida. Quería ganarse las cosas con su propio esfuerzo, como toda la gente normal, según sus propias palabras y no recibir todo gratis de sus padres. 
Además, me contó de su afición por la lectura, los estudios y la música. A pesar de que ella no era una chica introvertida y solitaria como yo, sentí que teníamos muchas cosas en común. Sin duda con ella seríamos muy buenos amigos y eso me agradaba. Desde la separación con Seo Hyun me sentía tan sólo, me hacía falta alguien con quien conversar y reír.
“Y… ya conseguiste novio? Por lo que supe, yodos los chicos se mueren por salir contigo, incluso mis amigos, los F4!”, bromeé. Ella sonrió mientras acomodaba uno de los rizos de su cabello.
“No! No quiero un novio! Además, no me gustan esos chicos!”, respondió ella altaneramente.
“No te gustan los chicos?!”, pregunté yo estúpidamente. Ella me miró sonriendo y me dio un suave empujón.
“No, bobo!! Jajajaja… Si me gustan los chicos!...jajaja… Pero no aquellos, no me gusta la gente superficial. De hecho, yo no quería ir al instituto Shinwa, pero tú no conoces a mi padre… Sólo me obligó! Además, en este momento quiero darle prioridad a otras cosas. Voy a enfocarme en mis objetivos y para eso tengo que estudiar mucho y trabajar duro. Para el amor, ya habrá tiempo más adelante… quizás!”, terminó sus palabras con un dejo de tristeza en los ojos. Yo sólo sonreí.
De pronto nos interrumpió la nana de Samantha, quien me invitó cordialmente a quedarme a cenar. En ese momento recordé mi cita, lo había olvidado por completo. Miré la hora, pero ya eran casi las 8 de la noche. Estaba retrasado en 2 horas. Busqué mi teléfono móvil y llamé raídamente a la chica, le expliqué que había tenido un inconveniente por lo cual no me había podido presentar. Ella lo comprendió y me propuso posponerla para más adelante. 
“Bueno, muchas gracias por todo. Yo me retiro, no me quedo a cenar, aún cuando agradezco mucho su gentileza.”, dije caminando en dirección a la puerta.
“Tenías una cita?”, preguntó Samantha.
“Si… se me pasó la hora conversando contigo y lo olvidé!”, respondí sonriendo.
“Si! Se nos pasó la hora! Yo tenía que estudiar toda la tarde, y ya ves! Ahora me tendré que quedar estudiando hasta tarde… jajaja…”, añadió ella sonriendo dulcemente.
“Lo siento!”, me disculpé.
“Yo no lo siento! Me gustó mucho conversar contigo!”, añadió ella coquetamente.
“Entonces yo tampoco lo siento! A mi también me gustó mucho conversar contigo! Y ahora que se donde vives, te vendré a ver uno de estos días para que sigamos conversando, si no te incomoda.”, añadí finalmente.
“Claro que no! Adios! Y… dile a tu cita que lo siento! Que no fue mi intención!”, añadió sonriendo la chica mientras yo ya había salido de la casa y caminaba en dirección a mi motocicleta. Ya había anochecido.
“Yo tampoco lo siento, Samantha!”, le grité mientras me acomodaba el casco y sonreía
“Sam, dime Sam!”, me respondió mientras me guiñaba el ojo y me decía adiós con la mano.

Diario de un chico enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora