capitulo 22

631 35 0
                                    

“Por qué no vamos al parque a dar una vuelta? Antes de que anochezca…”, le propuse a Sam. Así saldríamos de la casa de ella y no seguiría fastidiándonos Sara.

“Es una buena idea! Vamos!”, dijo Sam y salimos a caminar. Nos paseamos en silencio un rato. Aún me sentía extraño por lo que había sucedido cuando estábamos solos. Me senté sobre el césped y me puse a mirar lo que quedaba de sol en el cielo. Habían unas bellas nubes sobre un cielo rojo anaranjado. Sam se sentó a mi lado.

“Qué miras?”, me preguntó. Yo sonreí.

“Nada en especial, sólo pensaba!”, respondí sonriendo también.

“En qué?”, dijo ella curiosamente mientras me observaba embelesada.

“A ver? Ya quieres meterte dentro de mis pensamientos, pequeña traviesa?”, respondí pareciendo serio.

“No… sólo preguntaba…”, agregó Sam intentando disculparse. A veces solía ser tan ingenua. Yo me puse a reir.

“Bromeaba! Pensaba en mi, en mi vida… En como han sido estos años hasta el día de hoy y en como cambió mi vida desde que te conocí, ya te lo dije hoy!”, añadí finalmente mientras le tomaba una mano a la chica. Ella se acercó a mi y apoyó delicadamente su cabeza en mi hombro.

“Ay, Ji Hoo! Te mentiría si te dijera que la primera vez que te vi no me pareciste guapo… Pero a medida que pasó el tiempo y te fui conociendo, me fui enamorando perdidamente de ti.”. En ese instante volvió a levantar la cabeza y me miró fijamente. Yo, me perdí en sus ojos pardos. “ No sabes como me dolía cuando me contabas lo de Jan Di! Yo soñaba contigo cada noche, aún cuando luchaba firmemente contra ese sentimiento. Tú mejor que nadie sabes que yo no me quería volver a enamorar, esa no era una de mis prioridades... Pero llegaste tú y lo arruinaste todo!”, terminó diciendo ella riendo traviesamente. Si había algo que realmente me cautivaba de Sam era su agudo sentido del humor y su soltura para decir cualquier cosa. Yo también comencé a reír a carcajadas.

“j aja ja… O sea, yo te digo que has sido lo mejor que ha pasado en mi vida y tú me dices que yo llegué arruinarte la tuya! No puede ser verdad lo que me estás diciendo, pequeña inconsciente!”, terminé diciendo intentando parecer enojado, mientras la tomaba de la cintura y forcejeábamos un rato. Ambos reíamos. 

“No, no! Jajaja… Para! Era broma!”, ella volvió a ponerse seria y a mirarme fijamente, mientras me hacía caer en un profundo hechizo con su mirada. “Tú lo sabes, sabes que eres mi vida, el príncipe azul con el que siempre soñé, la razón por la que me levanto cada mañana… Para verte, para abrazarte, para besarte! Yo… yo me moriría si algo nos separa, Ji Hoo!”, agregó de pronto Sam, poniéndose realmente seria. Sentí un escalofrío. Sus palabras realmente me conmovieron. De verdad había llegado a ser tan importante para alguien, al fin en mi vida?... No podía creerlo. No me sentía tan querido, tan mimado y tan protegido desde… ya ni siquiera lo recuerdo, quizás desde que era un niño pequeño y tenía a mis padres. Ya de grande había aprendido a ser autosuficiente y vivir sin importarle demasiado a nadie. Sólo Seo Hyun había sido mi compañera, pero nunca tuvimos esa cercanía que ahora tenía con Sam. Era extraño ese sentimiento, pero me encantaba. Era una necesidad mutua. De pronto Sam interrumpió mis pensamientos.

“Qué pasó? No te gustó algo de lo que dije?”, dijo con cara de preocupación.

“No, por el contrario! Sólo me conmovieron tus palabras…”, dije en tono melancólico.

“Pero aún no he terminado… Falta lo más importante.”, añadió la chica sonriendo seductoramente, tal como cuando le ofrecí por primera vez llevarla a su casa.

“Qué es eso?”, pregunté.

“Te amo!”, dijo y me besó.

Sentía un conflicto interior. Si bien me encantaba estar con Sam, no le había dicho nunca que la amaba. No se si era por timidez o por si aún no me encontraba preparado para usar esas palabras. Quizás las encontraba demasiado grandes y no quería pronunciarlas hasta estar 100% seguro. Por lo que no contesté y sólo me limité a sonreir y a acariciarle el rostro. Nos quedamos por cerca de 15 minutos más conversando, mientras observábamos la puesta de sol.

Después de eso, nos devolvimos caminando a la casa de Sam. Ya estaba comenzando a helar.

Al día siguiente, nos juntamos en la guarida de los F4. Allí estaban jugando al billar Woo Bin y Yi Jeong, pero a ellos no les incomodaba que yo estuviera en una esquina conversando con Sam, es más, la apreciaban mucho y creo que en el fondo, se alegraban de verme tan feliz con ella.

“Sabes que fecha es la próxima semana?” preguntó ella de pronto mientras sonreía ansiosamente.

“Por qué? No es mi cumpleaños… Tampoco el tuyo!” respondí curiosamente.

“j aja ja… No! No es eso… Algo que se cumple el próximo sábado!”, insistió ella juguetonamente. Yo sonreí, ahora si sabía a qué se refería.

“Ah! Si, lo se perfectamente… Nuestros primeros 100 días juntos! Desde la primera vez que nos besamos… O debería decir, desde la primera vez que me robaste un beso, chica traviesa!”, comencé a fastidiarla.

“OK OK, si te robé ese beso… Pero, seguro que tú no te morías de ganas de dármelo!”, añadió ella sonriendo traviesamente.

“jajajaja…Siempre sabes salirte con la tuya!”, respondí abrazando a la muchacha. Ella intentó zafarse, pero luego me abrazó también. “Pero si… tienes razón! Y por eso me encantas, mi pelirroja rebelde! Ya lo sabes!”, dije finalmente. Ella sonrió dándose por vencida. 

“Hey… Y a propósito! Estaba pensando lo que hablamos el otro día…”, dije de pronto. No me había podido sacar aquello de la cabeza. Si bien respetaba a Sam, no podía evitar desearla y quería hablar de aquel tema con ella, aún cuando me resultara un tanto complicado. Ella me miró sin entender.

“De qué de todo lo que hablamos el otro día?”, respondió ella mirándome un poco preocupada. De seguro no estaba entendiendo a lo que yo me refería. Yo bajé la voz y me acerqué a ella.

“Sobre… lo que hablamos el otro día? Sobre tú y yo…”, añadí. El tema me incomodaba, no sabía como abordarlo pero era algo que no podíamos obviar. Ella me miró aún dudosa.

“Ahhh! Ya se a lo que te refieres!... Y por eso te pones tan misterioso!! Jajajajaja….”, comenzó a hablar en voz alta mientras reía. Yo me ruboricé. 

“Pero… no hables tan fuerte! Es algo personal!”, le reclamé.

“OK… Si, creo que tú y yo debemos tener una conversación seria sobre ese tema. Pero… como ya te lo dije, creo que es algo natural. Y que si ambos lo deseamos, está bien.”, dijo ella tranquilamente y sin sobresaltos. Me gustaba la forma en que ella tomaba las cosas, bastante a la ligera, pero eso también me preocupó un poco. Sería que ella… ya lo había hecho con alguien más? Estaba acostumbrada a esto? De verdad eso me intranquilizó, ya que ella era mi primera novia y yo, evidentemente no tenía experiencia en el tema… Tragué saliva. Intenté preguntarle sobre ello, pero ella me interrumpió.

“Mira… Como te dije, creo que eso es una decisión que tenemos que tomar sólo los dos. No importa el resto, ni lo que nos digan, ni lo que nos sugieran, ni nada. Sólo debemos hacer lo que nuestro corazón nos diga, desde luego, tomando las precauciones del caso.”, terminó diciendo ella. Hablaba muy segura de si misma, casi como toda una experta. De verdad, me estaba realmente asustando.

“Y… qué te dice tu corazón?”, fue lo único que atiné a decir.

“j aja ja… Qué crees?”, dijo sonriendo coquetamente mientras se mordía el labio inferior. Luego se acercó a mi oído y me susurró. “Que quiero estar contigo para siempre!”.

“Ya paren!! Hasta cuando cuentan dinero delante de los pobres!!”, gritó de pronto Woo Bin bromeando. Nosotros miramos a los chicos y comenzamos a reír.

“Hey, Ustedes dos mejor cállense, miren que de pobres no tienen nada! Les sobran las chicas!”, dije bromeando. Todos comenzaron a reir a carcajadas.

“Bueno chicos, yo ya me retiro! Adios!”, dijo Sam.

“Te acompaño a casa?”, pregunté.

“No es necesario! Te llamo en cuanto llegue! Adios!”, añadió Sam y se retiró.

“Adios!”, dije yo.

Diario de un chico enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora