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Se alerta a los lectores y a las lectoras de esta novela que este capítulo contiene alto contenido sexual, diversas palabras obscenas y explícitas.

Leer bajo responsabilidad propia.

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Empiezo a jadear con sus manos recorriéndome la cadera y con sus besos alrededor de mi miembro. Pone sus manos en mis testículos y empieza a masajearlos un poco. Doblo mis rodillas y abro la boca sorprendido de que Thomas vaya a hacerme una mamada. Doy un pequeño grito al sentir que los aprieta y juega con ellos.

-Tommy...- gimo su nombre y miro a través de las sábanas que se levantaron un poco a causa de que doblase las rodillas.

Me mira divertido.

-Dime, Dyl. ¿Te ocurre algo?

Intento hablar pero no me salen las palabras. Solo estoy concentrado en el tacto de Thomas. Este se ríe y vuelve a lo suyo.

Pone sus manos en mi miembro y lo masajea durante un rato hasta que mete mi miembro en su boca. Lentamente y profundizando, arriba a abajo con su boca y sus manos, al mismo compás.

Yo, estando en el séptimo cielo, se me nubla la vista y tengo el miembro tan erecto que me duele. Unos pequeños escalofríos agradables recorren mi cuerpo desde mi pene por el resto cada que vez que Thomas mete su boca un poco más. Gimo intentando que no sea muy alto, veo como Thomas de vez en cuando mira para mí con una expresión divertida en los ojos. Saca su lengua para masajear la cabeza de mi miembro. Da vueltas con la lengua mientras sigue chupando y masajeándome. ¿Cuántas cosas puede hacer este hombre a la vez?

Separa un momento las manos de mi miembro para abrirme más las piernas. Pero al darme cuenta, las separo yo mismo dándole espacio y enseguida vuelve a seguir masajeando. Deja la lengua quieta y procura meter más adentro su boca. Metiendo y sacando su boca de mi pene. Sigue así durante un largo rato donde no logro reprimir los gritos y los millones de gemidos.

-Tommy, puedes parar ya. Me voy a correr- lo aviso para que se separe pero no hace caso y aumenta la velocidad. Jadeo un poco más hasta que me corro en su boca. Me mira y veo como lo traga todo de una. Lo observo impresionado y se derrumba a mi lado suspirando.

-Oh Dios mío. Eres increíble, Tommy- sonrío y me acerco a darle un beso, pero solo sonríe y se aparta.

-Solo voy a lavarme la boca para no mancharte. Vuelvo ahora- se mete en el baño y escucho el agua correr.

Espero todavía recuperándome del pedazo orgasmo que acaba de regalarme Thomas. Noto como se acuesta en la cama sonriendo.

-Entonces... ¿te ha gustado, Dyl?- dice algo tímido y me da la ternura.

-¿Qué si me ha gustado? ¿Estás enfermo? ¡Me ha vuelto loco, Tommy!- sonrío y por fin me acerco a besarlo, estamos un buen rato hasta que nos quedamos sin aire.

-¿Quieres que echemos otro, Tommy?- pregunto acercándome a él con ganas de más. Esa mamada solo me dejó más ganas de hacerlo mío sin parar.

-Dame cinco minutos- me da un pequeño beso y apoya su cabeza en mi pecho. Paso mi brazo por encima sus hombros abrazándolo. Con su dedo índice, recorre mi pecho lentamente haciendo que me estremezca mientras yo acaricio con mi mano suelta su brazo, con las otras manos tenemos nuestros dedos entrelazados.

-Esto noche ha sido increíble, Dyl. ¿Por qué conviertes todo lo que hacemos juntos en lo mejor del mundo? Nunca en mi vida había sentido así. De ninguna de las formas en las nos hemos sentido.

¿POR QUÉ NO CREAMOS DYLMAS? (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora