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Caminamos como patos desde el ascensor hasta los sillones del vestíbulo del hotel.

Cojo de la cintura a Thomas que va con las piernas abiertas riendo dejando mis pies en medio de estas y caminamos sin separarnos. Le voy dando besos en el cuello y él se ríe. Los intentaba esquivar moviendo el cuello.

-Deja de intentarlo, bebé. No estás en posición de moverte mucho ni de evitar mis besos- me río y muerdo suavemente su hombro.

-Shhh. Para, Dyl- sigue riendo y me chista.

Pongo mis manos, después de mirar para los lados del vestíbulo, disimuladamente en su cinturón apretándolo contra mí. Escucho un sonido salir de su boca.

-Mmm... ¿Acaso eso era un intento de gemido, Thomas Brodie-Sangster?

-No, era un intento de reprimirlo.

Suelto una carcajada dándole más besos en el cuello. Plagándolo de ellos.

-Dyl...- me avisa Thomas pero sigo con mi sesión de besos ahora más lento- Dyl, para. Vamos con los chicos.

No sé en que momento nos paramos pero volvemos a la posición de antes y nos vamos a los sillones donde están Ki, Kaya y Will.

Dejo a Thomas saludar a todos mientras yo solo les doy una sonrisa y me siento en la esquina de uno de los sofás, al lado de Ki. Thomas viene hacia nosotros y Ki se aparta uno para dejarlo en el medio pero antes de que se siente, lo agarro de la cintura y lo pongo en mi colo, cerquita de mi cadera.

-Dyl, puedo sentarme al lado- dice sonrojado- o por lo menos más cerca de tus rodillas- lo último lo susurra y sonrío.

-No. Aquí estás muy bien, Tommy- lo muevo más hacia mí.

-Lo que hay que aguantar- resopla y se echa para atrás apoyándose en el sillón y pasando su brazo por detrás de mi cuello rodeándome.

-Sí, sí. Seguro que ahí estás a disgusto- se ríe Ki.

Thomas se pone rojo. Yo noto que también me sonrojo un poco pero me río. Thomas me da un beso en la mejilla y con esto seguro que sí estoy rojo.

-Está bien eso que de vez en cuando no esté yo solo como un tomate- ríe Thomas mirándome. Bajo la mirada al sofá sonriendo.

-Veo que ya estáis bien- nos sonríe Kaya y nos hace una foto desprevenidos. Thomas se altera queriendo levantarse pero no le dejo.

-Tommy, estate quieto. Es Kaya. Como mucho se la pasa a Rosa, ¿acaso nos van a vender ellas?

-Pero si no es eso, Dyl-hace un puchero- seguro que salgo horrible.

-Es imposible que tú salgas mal. Imposible. Eres perfecto de todas las maneras- sonrío y le doy un beso largo en los labios.

-Por dios, demasiado azúcar. Me dará diabetes si seguís así. Sois tan empalagosos- Ki rueda los ojos riendo.

Will levanta la mano riendo.

-Apoyo a Ki.

-Will, si te molesta paramos- digo mirándolo y veo como Thomas gira la cabeza para mirarlo también despertando de su ensoñación. Estaba jugando con mi pelo obviando las palabras de Ki.

-Es broma, chicos- se recuesta en el sofá sonriendo y apoya los pies en la mesa cerrando los ojos.

-¿HOLA? ¿GRACIAS POR PENSAR EN MÍ? ¿Y SI A MÍ SÍ ME MOLESTA?- nos grita Ki de broma haciendo aspavientos con las manos.

-Calla, chino. Tú no tienes derechos- dice Thomas cogiéndome de la barbilla y dándome un beso profundo.

Respiro con dificultad unos segundos. No sé que se debió de apoderar de Thomas para meterme la lengua hasta la campanilla y casi ponerse encima de mí pero doy gracias al cielo por ello. Supongo que como yo, nos echamos de menos. Pero ahora pienso en Will. Estoy en su situación y ya me habría ido fuera...

¿POR QUÉ NO CREAMOS DYLMAS? (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora