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Se alerta a los lectores y a las lectoras de esta novela que este capítulo contiene alto contenido sexual, diversas palabras obscenas y explícitas.

Leer bajo responsabilidad propia.

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Subimos en el ascensor besándonos, la verdad es que sigo preocupado. ¿Y si en verdad nuestros amigos ya no nos quieren por estar enamorados el uno del otro? Súmale que mañana se lo vamos a contar a Wes... ¿cómo reaccionará? ¿Y si nos acaban marginando por amarnos? ¿Y si el mundo nos da la espalda? ¿Y si, a la hora de la verdad, ni siquiera los fans nos apoyan?

Escucho a Dylan gemir en mis labios y provoca algo en mí, prende una pequeña llama que se agranda conforme avanzamos los besos y las caricias. Se me despeja la mente de todos los miedo en cuánto noto sus manos debajo de mi jersey. Se me olvida todo con su simple tacto. Pega su cuerpo al mío y al atacar de nuevo mi boca me empotra contra la pared, suelto un quejido, pero aún así bajo mi mano hasta su pantalón tocándole la entrepierna, suelta un gemido y se separa.

-Thomas, estamos en el ascensor.

-¿Importa eso, Dyl?- sonrío y poniendo mis manos en su nuca lo beso de muevo. Se estremece moviéndose un poco.

-Mmm... No, la verdad es que si estoy contigo no- nos seguimos besando sonriendo.

Entran dos personas en el ascensor y nos separamos sonriendo, yo me bajo del apoyamanos. Me quedo a su lado y lo agarro de la mano con disimulo, poniéndolas detrás de nosotros.

Llegamos a la habitación y corremos por el pasillo de la mano riéndonos.

-Tenemos que tener más cuidado. Nos han pillado- ríe Dylan apoyándose en la pared.

Yo le sonrío y paso la llave por la puerta.

-Por lo menos fue en el ascensor- me reí- nos miraron un poco raro.

Le abro la puerta y le indico con la mano que pase pero simplemente me acerca a él cogiéndome la mano. Pone su otra mano en mi cintura y me pega aún más a él. Siento un cosquilleo en mi mano y en mi estómago. En esta postura casi parece que nos vamos a poner a bailar. Dylan aprieta su mano contra mi espalda y me excita un poco que se comporte tan posesivo.

Me mira por unos segundos y pegándonos más si se puede empieza con un beso suave que aumenta según pasaban los segundos. Al separarnos suspiro.

-Wow...- sonrío y veo que le brillaban los ojos. Baja más su mano hasta mi culo y lo aprieta ligeramente. Me muerdo el labio mirándolo.

Suelta mi otra mano y pone las dos en mi culo, lo aprieta de nuevo y hace que choque contra su cuerpo, puse mis manos en su pecho.

-¿Me vas a hacer el amor?- pregunto sonriendo y me separo de él disponiéndome a entrar.

-No, yo no hago el amor. Yo follo duro.

Me quedo mirando para él.

-Dyl... te voy a prohibir ver 50 Sombras de Grey- suelta una carcajada y cogiéndolo de la camisa lo acerco a mí- primero el cabecero y ahora esto.

Se acerca a mis labios y antes de besarme se para para mirarme a los ojos. Pero solo unos milímetros antes.

-No es mi culpa que tengas pinta de Anastasia- noto su aliento en mi boca y lo atraigo del todo para darle un beso- mmm... ¿qué tal si entramos y acabamos esto?

-¿Esto? ¿Qué es esto, Dyl? No estamos haciendo nada. Solo son pequeños besos- digo divertido fingiendo.

-Pequeños besos que a mí me están encendiendo. Y sé que a ti también, Tommy- sonríe mirando para nuestros pantalones.

¿POR QUÉ NO CREAMOS DYLMAS? (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora